Los éxitos del diablo son más grandes cuando aparecen con el nombre de dios en sus labios… Gandhi
Le vamos a heredar a nuestros descendientes un país quebrado, devorado por una feroz corrupción nunca antes vista en la historia de México. Un país en manos ocultas de un sujeto roto por dentro, deseoso de seguir dañando hasta la médula a una nación adormilada o anestesiada. Heredaremos un gobierno encabezado por incapaces, sin división de los poderes federales ni organismos autónomos, sin un sistema educativo moderno, herido, además, por una escandalosa deserción escolar. Estamos condenados a ser un país de reprobados, con todas sus consecuencias.
Vamos a legar un campo amenazado por la quiebra por la cancelación de instituciones financieras rurales y aparición de organizaciones agrarias apartadas de la menor noción de la soberanía alimenticia. Además, Pemex con deuda de 106 mil millones de dólares, más la contratada en términos suicidas por AMLO que, al comprometer el porvenir de las siguientes generaciones, accedió al poder con una carga de plomo en las alas.
¿A dónde fue a dar FONATUR, que detonó el turismo en la Riviera maya y en la nayarita, y en el resto del país? ¿Por qué no recurrimos al fracking para extraer petróleo y gas, cuya tecnología permitió la autosuficiencia energética en EU? ¿Cuándo podremos construir el AICM que generaría 80 millones de pasajeros y 100 mil millones de dólares de ingresos al año? El mundo nos etiqueta como un país podrido por el narcotráfico, en lugar de trabar alianzas con la DEA, Scotland Yard, con Bukele, de El Salvador, o la Mossad israelita para combatir de raíz a la delincuencia.
Requeríamos de un gobierno creador de empleos, en lugar de un presidente populista que regalara los ahorros públicos, que negara apoyos a la cultura, a la salud pública, que aumentara los homicidios dolosos, que evadiera la verdad, que hundiera a las pequeñas y medianas empresas, que incrementara la pobreza, que disparara el precio de las gasolinas, que efectivamente hubiera ahorrado 500,000 millones de pesos derivados de la corrupción. Sí, necesitábamos un jefe de Estado que utilizara las energías limpias y baratas, que aumentara la red de carreteras, que creara certidumbre económica, que fortaleciera la marca México en el mundo, que sacara al ejército de las calles, que uniera a los mexicanos, que encarcelara a la “Mafia del Poder”, que nuestras mujeres vivieran seguras, que disminuyera la migración mexicana a EU, que dominara al narco para que no interviniera en las elecciones; que México viviera en paz, que redujera la importación de alimentos, que respetara la Constitución, la separación de poderes y construyera una sólida democracia; que el Fiscal General de República fuera realmente autónomo, que a las familias mexicanas les alcanzara para comprar la canasta básica, que hubiera sido el mejor presidente de la historia, que no se hubiera robado los fondos de los fideicomisos públicos, que se abstuviera de intervenir en los sufragios violando las leyes electorales, que utilizara las tecnologías modernas para hacer de México más competitivo en el mundo; que estimulara la oportuna impartición de justicia, que apoyara a las instituciones privadas mexicanas que luchan en contra de la corrupción, que respetara el T- MEC y cuidara la imagen exterior de México, que hubiera impedido la muerte de más de 800,000 mexicanos víctimas del Covid, que no temiera ser juzgado por autoridades internacionales, que hubiera comprado vacunas en lugar de construir el tren maya y no ocultara a la nación las cifras contables con las sería posible demostrar los desfalcos, que nunca hubiera declarado que el “gobierno” cubano debería ser un ejemplo para México.
Nuestra generación no es la perdida ni la desperdiciada, es la de la vergüenza, porque permitimos con nuestro voto el desmantelamiento de nuestra incipiente democracia al no defender el Estado de Derecho ni la separación de poderes ni la erosión de los contrapesos jurídicos y políticos diseñados para evitar el arribo indeseable de otro jefe Máximo, de otro cacique que condujera al país tras bambalinas, a un despeñadero de una profundidad inimaginable, porque dice conocer a la perfección los inmensos límites de la cobardía de los mexicanos.
No aprendimos nada de la historia. Habremos de pagar un precio muy elevado por la herencia maldita que legaremos por pusilánimes a las futuras generaciones…
Escritor
Es preocupante pensar en el futuro que estamos dejando a las próximas generaciones. La corrupción parece estar en todos lados y eso afecta a todos, no solo a los que están en el poder. Es hora de que la gente se una y exija un cambio real, porque si seguimos así, el país que heredaremos va a ser un desastre. Realmente necesitamos que se tomen acciones de manera urgente.
Es preocupante ver cómo la corrupción se ha vuelto algo tan normal en México. La verdad, no sé cómo podemos seguir ignorando que todo esto afecta a nuestra gente. Necesitamos un cambio real, no solo promesas vacías. Si seguimos así, el futuro va a ser aún más complicado para nuestros hijos. Es hora de que todos nos unamos y exijamos algo mejor.
Es un tema preocupante lo que se comenta. La corrupción en México parece que no tiene fin y, sinceramente, los que vienen detrás van a tener que lidiar con un montón de problemas que nosotros hemos dejado pasar. Deberíamos tomar acciones ya, porque al final, son nuestras futuras generaciones las que pagarán las consecuencias de nuestras decisiones hoy. Es hora de que todos nos involucremos más en cambiar esto.