
11 AGOSTO 2025- NACIONAL-La XVI Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe inició sus actividades en la Ciudad de México, marcando un paso importante para el diálogo y la acción en favor de los derechos de las mujeres y la igualdad de género. Durante cuatro días, del 12 al 15 de agosto de 2025, líderes y representantes sociales discutirán las transformaciones necesarias en ámbitos político, económico, social, cultural y ambiental para construir una sociedad del cuidado sólida y con igualdad real entre hombres y mujeres.
Gobiernos locales como actores clave
Uno de los puntos más destacados es la realización del Foro de Gobiernos Subnacionales, un evento preparatorio sin precedentes para esta conferencia. José Manuel Salazar-Xirinachs, secretario ejecutivo de la CEPAL, subrayó que los gobiernos locales son esenciales para diseñar e implementar políticas públicas de cuidados. La organización de este encuentro busca compartir experiencias y retos de ciudades y municipios, ya que son quienes tienen contacto directo con la vida cotidiana de la población y con las necesidades más urgentes.

En un contexto global marcado por incertidumbres políticas y económicas, Salazar-Xirinachs enfatizó que el trabajo de cuidados sigue siendo uno de los mayores focos de desigualdad de género. La división sexual del trabajo y la sobrecarga de tareas no remuneradas en mujeres y niñas, especialmente en situación de pobreza, sigue siendo un problema estructural que requiere soluciones urgentes y adaptadas a cada territorio.
Hacia una red de ciudades cuidadoras
La jefa de Gobierno de la Ciudad de México propuso que este foro sea un legado permanente, fortaleciendo la colaboración entre ciudades y estados para crear una red de “ciudades cuidadoras y transformadoras”. Según explicó, la vida social y económica no puede sostenerse sin las labores de cuidados, que a menudo son invisibles y no remuneradas, pero son el pilar que permite que las comunidades funcionen.

Además, planteó que esta red no sea un evento aislado, sino un espacio permanente para intercambiar experiencias y poner en marcha proyectos replicables en distintos contextos. Esto permitiría que las buenas prácticas en políticas de cuidados se extiendan y fortalezcan la inclusión y la igualdad en más regiones.