
El Fondo Monetario Internacional, en su Informe del Sector Externo 2025, alza la voz ante la política arancelaria de Donald Trump y lanza una alerta contundente: usar aranceles como remedio contra déficits comerciales es contraproducente y de escasa eficacia
Tras años de reducción, los desequilibrios por cuenta corriente entre las principales economías están de nuevo al alza, alcanzando un incremento de 0,6 puntos porcentuales del PIB global.
Las mayores economías con déficit —EE.UU., China y la eurozona— han registrado nuevos aumentos, mientras superávits como los de Japón y Corea también se expanden.
El FMI califica los gravámenes como “shocks de oferta negativos”: reducen las importaciones, pero dañan la inversión, erosionan la confianza y pueden provocar inflación.
Además, se advierte su impacto macroeconómico adverso en EE.UU., donde la probabilidad de recesión ha escalado del 25 % al 40 % debido a las tensiones comerciales.
Países con déficit como EE.UU.: deben aplicar consolidación fiscal, mejoras en sostenibilidad del gasto y fortalecer la base tributaria.
Potencias con superávit como China, Corea o Japón: se recomienda impulsar la demanda interna, modernizar infraestructuras y llevar a cabo reformas estructurales.
En general, se enfatiza la necesidad de una cooperación internacional para evitar represalias y reducir incertidumbre.
El FMI estima en un –0,3 % la caída del PIB mexicano en 2025 como consecuencia de los aranceles estadounidenses y la incertidumbre asociada.
Analistas advierten también de presiones al tipo de cambio, reducción del flujo de inversión y disrupción en las cadenas de valor regionales.
La economía española muestra mejoras en su balanza externa, pero el FMI recomienda fortalecer la posición de inversión internacional neta (PIIN) mediante consolidación fiscal, reformas estructurales, diversificación exportadora e inversión en educación y energía.
A partir del 2 de abril, el gobierno Trump comenzó una ola de aranceles: 10 % general, subiendo hasta 145 % en productos como chinos, y 25 % a automóviles.
Luego, extendió gravámenes al 25 % a Canadá y México (excepto energía), con represalias anunciadas por ambos países.
El 1 de agosto entran en vigor nuevos aranceles del 10–15 % para más de 150 países y un posible 30 % a la UE.
Si bien los aranceles generan ingresos fiscales —el FMI estima que podrían reducir el déficit fiscal estadounidense hasta 6,5 % del PIB desde 7,3 %—, advierte que su efectividad es incierta por evasión, elasticidad y contracción económica .
La ralentización global prevista: el FMI ajusta su crecimiento global a 2,8 %, con EE.UU. cayendo a 1,8 %, y México en recesión técnica.
El FMI emite una llamada de atención global: los aranceles de Trump son un remedio superficial que solo exacerba problemas económicos y geopolíticos.
La solución no está en cerrar puertas, sino en reformas internas —fiscales, estructurales, de demanda y cooperación internacional—.
Mientras tanto, países vulnerables como México ya padecen los efectos —desde pérdidas de crecimiento hasta volatilidad cambiaria—, y economías globales observan con preocupación una fragilidad creciente en el sistema multilateral.