17 JUNIO 2025- El retraso en la liberación de contenedores en el puerto de #Manzanillo tiene a los empresarios del sureste tocando la alarma. Cada año se mueven cerca de tres mil millones de TEUS —la medida de unidades de 20 pies— entre #importación y #exportación, y hoy el cuello de botella impacta de lleno a #Quintana Roo. Cuando una carga urgente llega de Asia, los dueños de mercancía no pueden esperar a que entre por Puerto Progreso; la redirigen a Manzanillo con la esperanza de ganar tiempo, pero terminan perdiendo días y dinero. El problema se traduce en costos extras que, tarde o temprano, llegan al bolsillo del consumidor.
Las cifras son claras: alrededor del 15 % de todo lo que Quintana Roo trae de China, India, Vietnam, Tailandia y Singapur depende de este paso por Manzanillo. Esa proporción incluye insumos para los once municipios del estado, desde textiles hasta equipos de construcción. Sin embargo, la simple falta de personal aduanal y la carencia de sistemas digitales capaces de depurar los trámites están frenando el movimiento y encareciendo el abastecimiento de hoteles, bodas asiáticas y convenciones que dependen de un flujo ininterrumpido de productos.
Infraestructura aduanal, necesidad urgente
El sector privado prepara un foro nacional el 25 de junio en Puebla, organizado por el Consejo Mexicano de Comercio Exterior, Innovación y Tecnología (COMCE). La meta es poner frente a frente a especialistas, autoridades y empresarios para acordar soluciones concretas: más oficiales operando las ventanillas, mayor presupuesto y, sobre todo, tecnología que permita escanear y liberar contenedores en cuestión de horas, no de días. Sin esas piezas, advierten, México se quedará corto para sostener el dinamismo de su comercio internacional.
El 20 de junio se celebrará un panel previo con el vicepresidente nacional de COMCE y expertos de la misma agrupación. COMCE no es un club local; tiene presencia en todos los continentes, voz en la Secretaría de Economía y un asiento en las mesas donde se renegocian tratados de libre comercio. Gracias a esa plataforma, los empresarios confían en empujar reformas reales que eliminen el papeleo redundante y faciliten un trabajo coordinado entre aduanas terrestres y marítimas.
Productos sensibles y riesgo de encarecimiento
La lista de artículos afectados es amplia: ropa, calzado, decoración, materiales de construcción e incluso alimentos traídos para el creciente mercado de bodas temáticas. Todo llega con recargo cuando los contenedores se detienen. A corto plazo no se prevé desabasto, pero sí un aumento de precios que terminará reflejándose en el total de las cuentas hoteleras y en las tiendas locales. Para un estado que recibe a millones de turistas cada año, esos pesos extra podrían restar competitividad frente a destinos donde la logística fluye sin trabas.
México ocupa la undécima posición mundial por tamaño de economía y maneja una balanza donde el 60 % al 70 % del consumo interno proviene de importaciones. Si quiere aspirar a un lugar entre los diez mejores, necesita modernizar sus aduanas con sistemas digitales, rayos X de alta velocidad y un recurso humano suficiente para el volumen que ya mueve. Empresarios y autoridades tienen la cancha puesta; lo que falta es el silbatazo para que la estrategia se traduzca en acciones y el comercio exterior vuelva a fluir sin obstáculos.
Me parece bien que se hable de este tema, pero a veces siento que se exagera un poco. Es importante informar, pero también hay que cuidar cómo se presenta la información para no asustar a la gente sin necesidad.
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