
26-Julio-2025.-La viuda de Chespirito asegura que la serie está llena de mentiras
Florinda Meza se lanza contra HBO Max por la forma en que la retratan en Sin Querer Queriendo
La actriz Florinda Meza volvió a alzar la voz en redes sociales, esta vez con una indirecta cargada de ironía que ha dado mucho de qué hablar. En una publicación en Instagram, la viuda de Roberto Gómez Bolaños, “Chespirito”, se burló del contenido de la serie Sin Querer Queriendo, asegurando que pensó que la serie Mentiras estaba en otra plataforma, dando a entender que lo mostrado en HBO Max carece de veracidad.
La polémica estalló luego del estreno del séptimo capítulo de la producción, que aborda una de las etapas más delicadas en la vida del comediante: la ruptura de su matrimonio con Graciela Fernández. En la escena final de ese episodio, se insinúa una infidelidad entre Gómez Bolaños y Meza, lo que provocó indignación por parte de la actriz, quien considera que su imagen está siendo manipulada.
Desde el inicio de la serie, Meza ha sido una de las principales detractoras del proyecto. No solo ha desmentido varios pasajes que aparecen en pantalla, sino que también ha lamentado que se le haya pintado como la gran villana en la vida del icónico creador del Chavo del 8. La forma en que ha sido retratada ha derivado en una avalancha de comentarios negativos en su contra en redes sociales.

Lo cierto es que Sin Querer Queriendo ha buscado mostrar el lado humano y personal de Chespirito, más allá del fenómeno cultural que representó. Sin embargo, algunos personajes reales vinculados a su historia aseguran que el resultado ha sido una dramatización que se aleja bastante de la realidad. Para muchos seguidores, esto ha reavivado el debate sobre qué tanto se puede ficcionar cuando se trata de figuras públicas ya fallecidas.
Más allá de la polémica con Florinda Meza, la serie también ha sido criticada por no contar con la autorización ni participación directa de la familia de Gómez Bolaños. Algunos expertos en medios y televisión han advertido sobre los riesgos éticos de narrar historias reales sin el respaldo de los involucrados, lo cual puede generar una narrativa sesgada o injusta. A esto se suma el vacío legal que existe actualmente respecto a los límites entre la ficción y la vida privada en las biopics. Esta situación pone sobre la mesa la necesidad de replantear cómo deben contarse las vidas de figuras públicas sin caer en el morbo o en la distorsión.