Ciudad de México 23 de septiembre 2025 – La Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJ-Cdmx) y la Comisión de Búsqueda de Personas han confirmado una trágica noticia para el mundo de la música urbana: los cuerpos sin vida de los artistas colombianos Bayron Sánchez, conocido como B-King, y Jorge Luis Herrera, alias DJ Regio Clown, han sido localizados. Este hallazgo pone fin a la búsqueda de ambos músicos, quienes habían desaparecido en la capital mexicana. Las primeras investigaciones sugieren la posible implicación del grupo criminal La Familia Michoacana en la muerte de los artistas, un giro alarmante que ha puesto en alerta a las autoridades de ambos países.
Los perfiles de los músicos coincidieron con los de dos cuerpos encontrados el 17 de septiembre en Cocotitlán, Estado de México. La FGJ-Cdmx inició la investigación tras la desaparición, recopilando testimonios y revisando grabaciones para establecer la última ubicación de los artistas. Esta labor llevó a una colaboración crucial con la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (Fgjem), que asumió un papel central en el caso. Esta confirmación del hallazgo ha generado una profunda consternación entre sus seguidores y la comunidad artística, mientras las autoridades se apresuran a esclarecer los detalles de este doble homicidio.
La colaboración entre Fiscalías y el papel de las Familias
La coordinación entre las fiscalías de la Ciudad de México y del Estado de México fue fundamental. Gracias a esta colaboración, el personal de servicios periciales de la Fgjem realizó una confronta de perfiles que llevó a la identificación positiva. El 22 de septiembre, la familia de Bayron Sánchez, B-King, realizó la identificación oficial de uno de los cuerpos, lo que marcó un momento clave en el proceso de investigación. Este hallazgo de cuerpos ha sido un duro golpe para las familias, que desde la desaparición de los músicos habían manifestado su preocupación por la falta de avances en las diligencias.
La última vez que se les vio fue el 16 de septiembre, tras salir de un gimnasio en la exclusiva zona de Polanco. Sus familiares habían reportado su desaparición después de que no regresaran al hotel donde se hospedaban. Las fichas de búsqueda oficiales describían la vestimenta deportiva que llevaban ese día, la última pista verificable antes de la trágica confirmación de muertes. La hermana de B-King, Stefanía Agudelo, había expresado su preocupación por la lentitud de la investigación y la falta de información confiable.
Hipótesis sobre un grupo delictivo y la colaboración internacional
El caso ha cobrado relevancia internacional. La magnitud de la situación ha motivado una colaboración entre las autoridades mexicanas y colombianas. Claudia Sheinbaum, jefa de gobierno de la Ciudad de México, indicó que el caso está bajo investigación conjunta de diversas instancias, y que su administración ha mantenido comunicación constante con las autoridades de Colombia. Las primeras hipótesis apuntan a la intervención de un grupo delictivo local, específicamente La Familia Michoacana, aunque no se descartan otras líneas de investigación. La confirmación de los cuerpos ha intensificado los esfuerzos para esclarecer las circunstancias del caso y encontrar a los responsables.
La comunidad artística y la ciudadanía están cada vez más preocupadas por la incidencia de grupos criminales en la violencia contra extranjeros. B-King, de 31 años y DJ Regio Clown, de 35, formaban parte de la escena musical urbana y habían llegado a México a principios de septiembre para una serie de presentaciones. Sus muertes han generado un profundo impacto y han puesto en evidencia la vulnerabilidad de los artistas y turistas en la región. Las autoridades han reiterado que ofrecerán nuevos detalles una vez que avancen las pruebas periciales y las gestiones diplomáticas con Colombia.
El contexto del crimen organizado y su expansión
Para complementar la información, es vital entender el contexto en el que se produce este trágico evento. La Familia Michoacana es una de las organizaciones criminales más violentas y con mayor presencia en el Estado de México y otras zonas del centro del país. Su modus operandi incluye la extorsión, el secuestro y el control territorial, y se les ha relacionado con una serie de homicidios de alto perfil. La posible implicación de este grupo en la muerte de los músicos colombianos subraya una tendencia alarmante: la expansión de sus actividades delictivas más allá del narcotráfico, incluyendo crímenes violentos contra civiles, incluso extranjeros.
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