La estrella mexicana Fernando Valenzuela se consagró como un símbolo de uno de los deportes más populares de EE.UU., pero también como un icono que rompió barreras culturales e impulsó el fanatismo por el béisbol entre la comunidad mexicoamericana y migrante.
Con el movimiento ‘Fernandomanía‘ por su espectacular temporada en 1981, el jugador mexicano, quien falleció este martes a los 63 años, no solo inició su camino al estrellato con los Dodgers, sino que también comenzó a tender un puente que logró atraer a millones de latinos a los estadios de béisbol.
Fernando lideró nuestra comunidad con gracia y talento, demostrando que el poder de la determinación no conoce fronteras. A través de su extraordinaria carrera, buscó superar las brechas culturales, demostrando que los inmigrantes contribuyen enormemente a la estructura de este país”, indica la presidenta y directora ejecutiva de la Coalición Nacional de Medios Hispanos (NHMC), Brenda Victoria Castillo.
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En un momento de auge de la migración latinoamericana en el sur de California, ‘El Toro‘ Valenzuela, como era llamado de cariño, abrazó sus raíces hispanas. Con su reconocida voz, narró en español hasta el mes pasado, cuando se retiró para cuidar de su salud, los partidos de los Dodgers.
Pese a que vivió gran parte de su vida en Estados Unidos, el beisbolista mexicano apenabas hablaba inglés con fluidez, lo que lo convirtió en un símbolo para las generaciones latinas de orígenes humildes que emigraron en la década de 1980 a EE.UU. en busca de una mejor vida.
Desde entonces, el tejido de Los Ángeles ha quedado conectado a la cultura latina. Precisamente en el estadio de los Dodgers es donde se puede apreciar una mayor diversidad de asistentes a los partidos frente a otros clubes.
Cuando comencé en este trabajo, los latinos que venían al estadio representaban entre el 8 y el 10 %”, una cifra que ahora ronda el 45 %, dijo el locutor de radio en español de los Dodgers Jaime Jarrín al diario The New York Times.
“Es la mayor cantidad de cualquier estadio”, añade.
Centenares de seguidores latinoamericanos se agolpan desde anoche en las afueras del estadio de los Dodgers en Los Ángeles para rendirle homenaje al jugador mexicano convertido en una leyenda viva.
La entrada del estadio, ubicada en el corazón de la ciudad californiana, se convirtió en una suerte de memorial improvisado con ramos de flores, velas, fotografías y mensajes que agradecen todo su legado.
Las camisetas con el dorsal 34, el número que vistió durante su tiempo en los Dodgers y que el año pasado fue retirado en honor a su carrera deportiva, así como banderas mexicanas, decoran las faldas del cartel que da la bienvenida a los aficionados al campo.
“No digo que Fernando haya curado todo el racismo en el sur de California, pero definitivamente fue un puente para que la gente supiera que estamos bien”, sentencia por su parte el columnista mexicano Gustavo Arellano en declaraciones el sitio web de las Grandes Ligas de Béisbol (MLB).
Con información de EFE