
SAN DIEGO.— La familia de Enrique “Kiki” Camarena, agente de la DEA secuestrado y asesinado en México, presentó una demanda federal en Estados Unidos contra tres narcotraficantes mexicanos —entre ellos Rafael Caro Quintero— y contra el Cártel de Sinaloa, por presuntas violaciones a leyes antiterroristas.
Según la demanda, los familiares exigen un resarcimiento económico por los daños que todos ellos, tanto los capos como el cartel, causaron con sus actos de terrorismo al asesinar al agente estadounidense.
Camarena, un agente de la Administración de Control de Drogas (DEA, en inglés), fue secuestrado en Guadalajara el 7 de febrero de 1985.
Los documentos presentados en la corte, que incluyen los resultados de la autopsia de Camarena, detallan que fue torturado con métodos terroristas durante más de 30 horas. Su cuerpo fue encontrado el 5 de marzo en una zona rural de La Angostura, Michoacán.
La querella presentada en una corte federal de San Diego, California, la tarde del jueves también nombra a los capos de la droga Ernesto Fonseca Carrillo y Miguel Ángel Félix Gallardo.
En el texto de la demanda también se menciona a Iván Archivaldo Guzmán Salazar, hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán, y sus medios hermanos Ovidio y Joaquín Guzmán López.
Todos ellos, dicen los documentos judiciales, formaron el Cártel de Sinaloa que ha sido designado por EE.UU. como organización terrorista extranjera.
Es muy comprensible que la familia de Kiki Camarena busque justicia después de tanto tiempo. Es un caso que marcó a muchas personas y es justo que se reconozca el dolor que vivieron. Sin embargo, me parece que a veces estas demandas pueden quedar en el aire y no llevar a un cambio real. Ojalá que esta vez sí se logre algo concreto y no solo se quede en palabras.