Los agentes de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) que acudieron al tiroteo de una escuela en Uvalde (Texas) enfrentaron problemas de organización y falta de mando y capacitación, lo que impactó su respuesta a la masacre que se saldó con el asesinato de 21 personas.
CBP reveló los resultados de una investigación sobre la participación de decenas de sus agentes asignados a la estación de la Patrulla Fronteriza de Uvalde que respondieron al tiroteo ocurrido el 24 de mayo de 2022 en la Primaria Robb.
La investigación determinó que los agentes y oficiales de la Patrulla Fronteriza no contaban con la formación adecuada para hacer frente al tirador Salvador Ramos, según dijo la agencia en el informe que pretende “proporcionar transparencia y rendición de cuentas”.
Los agentes fronterizos tampoco recibieron instrucciones claras de los líderes de las fuerzas policiales estatales o locales en la escena para poder detener al tirador, que mató a 19 niños y 2 profesoras.
Además, el personal de CBP no tenía una total comprensión de su autoridad legal para responder a emergencias no federales, incluidas las situaciones de tiradores activos.
No obstante, el informe de casi 200 páginas concluyó que los agentes no violaron las normas y regulaciones y no se recomendó ninguna medida disciplinaria.
El informe hizo una serie de recomendaciones que incluye cambiar las políticas de interacción de agentes de CBP con otras agencias policiales, capacitar a los agentes en la respuesta a incidentes que no pertenecen a su jurisdicción y mejorar las forma de abordar problemas de comando, entre otros.
Troy A. Miller, comisionado interino de CBP, dijo en un comunicado que el informe hace parte del compromiso de la agencia para responder a incidentes críticos.
“La pérdida de vidas inocentes y las cicatrices emocionales duraderas que soportan los sobrevivientes, las familias, la comunidad y los socorristas son inmensurables”, señaló el funcionario.
El informe coincide con una serie de informes que encontraron numerosas fallas en la respuesta de las autoridades, que tardaron 77 minutos en enfrentarse a Ramos, de 18 años.
En enero pasado el Departamento de Justicia catalogó como un “fracaso” la respuesta de la policía local al considerar erróneamente la situación como si se tratara de un sospechoso atrincherado, incluso cuando los niños y maestros pidieron ayuda por teléfono a la Policía.
Las investigaciones de CBP y del departamento hacen eco de las conclusiones de la investigación de la Cámara de Representantes de Texas, que en 2022 encontró “fallas sistémicas” entre las agencias policiales y los protocolos de seguridad escolar para responder al tiroteo.
Al menos 376 agentes de diferentes agencias de ley respondieron a la escena, entre ellos unos 100 del Departamento de Seguridad Pública de Texas.
El exjefe del Departamento de Policía Escolar de Uvalde Pete Arredondo enfrenta cargos criminales por la respuesta al tiroteo, junto a otro exagente, acusados de negligencia.
Con información de EFE