
9 DE MAYO 2025- El extravío de adulto mayor en José María Morelos ha conmocionado a las comunidades rurales del sur de Quintana Roo. Jorge Araiza May, de 73 años, desapareció durante una jornada de trabajo en el monte y fue hallado con signos de deshidratación severa, sin que los esfuerzos médicos pudieran salvarle la vida. El ejidatario participaba en labores de mensura entre los ejidos Adolfo López Mateos y Chunhuhub cuando se separó del grupo.
Al notar su ausencia, vecinos de las comunidades cercanas, como Lázaro Cárdenas, iniciaron una búsqueda intensa que duró más de 18 horas. El terreno era complicado, con senderos entre la maleza y altas temperaturas. Fue gracias a los esfuerzos de los voluntarios que finalmente lograron encontrarlo con vida la mañana del miércoles. Sin embargo, su estado era crítico.
Lo encontraron con vida, pero falleció en el hospital
Jorge fue trasladado de urgencia al Hospital General de José María Morelos. A pesar de recibir atención médica inmediata, falleció alrededor de las 11 de la noche del mismo día. Aunque no se ha dado un parte médico oficial, todo indica que su muerte estuvo relacionada con la deshidratación y el desgaste físico tras haber estado perdido por tanto tiempo.
Este triste desenlace ha despertado preocupación por la seguridad de los adultos mayores en José María Morelos que aún trabajan en el campo. Muchas personas de la tercera edad se ven obligadas a realizar labores pesadas por necesidad económica, sin contar con protocolos adecuados para protegerlos en terrenos de difícil acceso o bajo condiciones climáticas extremas.
Falta de protección en el trabajo rural
El caso de Jorge Araiza May evidencia la falta de apoyo y medidas de prevención para quienes trabajan en zonas rurales. El monte, aunque forma parte del entorno cotidiano de estas comunidades, puede representar un peligro real, especialmente para personas mayores. A su edad, una desorientación puede convertirse en una emergencia médica en cuestión de horas.
Vecinos, familiares y autoridades locales han lamentado profundamente lo ocurrido. También reconocen el esfuerzo de quienes participaron en su localización. Muchos piden que se desarrollen acciones para que ningún otro adulto mayor corra con la misma suerte. El llamado es a mejorar la organización de las cuadrillas de trabajo y ofrecer acompañamiento a los más vulnerables.

Una pérdida que debe generar conciencia
El extravío de un adulto mayor en el monte no debería ser una sentencia de muerte. La comunidad espera que este caso no quede en el olvido y que sirva para impulsar cambios en la forma en que se protege a los trabajadores rurales de edad avanzada. La historia de Jorge Araiza no solo duele, también enseña.
Mientras tanto, su familia y la comunidad lo recuerdan como un hombre trabajador, querido y respetado. Su partida deja una huella en José María Morelos, pero también un mensaje claro: es momento de cuidar más a quienes han dado toda su vida al trabajo del campo.
Me parece genial que se esté hablando de este tema, porque muchas veces se ignora lo que realmente importa. Es importante que la gente se informe y participe en estas discusiones. Sin embargo, creo que falta más claridad en algunos puntos, ya que a veces se presentan las cosas de manera confusa y eso puede hacer que la gente se desanime a involucrarse.
Es genial ver que se están tomando medidas para mejorar la situación, pero a veces parece que las promesas se quedan solo en palabras. Ojalá que esta vez sí se cumplan y no se olviden en el camino.