
El número de muertos por la explosión en Bandar Abbas ha aumentado a 65, según reportaron los medios estatales de Irán. La tragedia ocurrió en la sección Shahid Rajaee, la más importante del puerto de contenedores iraní, y ha dejado también más de 1,200 heridos. Mientras los bomberos siguen trabajando para apagar los fuegos, las autoridades advierten que las labores de rescate y limpieza podrían tardar varias semanas.
La explosión en Bandar Abbas generó un enorme incendio que ha sido difícil de controlar debido al viento y a la mercancía inflamable almacenada en los contenedores. Además, algunos de estos liberaron emisiones tóxicas, complicando aún más los esfuerzos de los rescatistas. Las autoridades locales han informado que todavía existen pequeños focos de fuego que representan un riesgo para los equipos de emergencia.
Tras controlar la fase más crítica del incendio, el ministro del Interior, Eskandar Momeni, confirmó que la gestión del siniestro ha sido transferida a las autoridades locales. También señaló que hubo violaciones a los protocolos de seguridad en el puerto. Algunos responsables ya han sido citados para rendir cuentas, mientras continúan las investigaciones para aclarar el origen de la explosión en Bandar Abbas.
El líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Jamenei, ha ordenado una investigación a fondo para descubrir si hubo negligencia o algún acto intencionado detrás de la tragedia. Aunque no se ha confirmado un sabotaje, las autoridades no descartan ninguna hipótesis sobre la explosión en Bandar Abbas. El gobierno insiste en la necesidad de determinar a los verdaderos responsables de este devastador accidente.
Curiosamente, la tragedia ocurrió al mismo tiempo que Irán iniciaba en Omán una tercera ronda de conversaciones nucleares con Estados Unidos. Sin embargo, hasta el momento, no hay indicios de que la explosión en Bandar Abbas esté relacionada con esas negociaciones diplomáticas. Ambos sucesos, aunque cercanos en tiempo, parecen no tener conexión directa.
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