SISTEMA DE CUEVAS AKTÚN TUYUL (AP).— Los científicos han advertido desde hace mucho tiempo sobre los peligros de construir sobre rocas solubles como la piedra caliza que conforma las cavernas y los cenotes de la península de Yucatán, donde el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador construye una de sus obras insignia, el Tren Maya.
Ya hay tramos de carreteras en la península de Yucatán que se han deformado o hundido, y el Tren Maya se ha visto afectado por una serie de accidentes, incluido el descarrilamiento de un tren en marzo, que el gobierno de AMLO atribuyó a una abrazadera floja colocada por contratistas.
Un daño mayor en la piedra caliza podría ocasionar otro accidente que podría ser mortal. Y, si un tren de carga descarrilase, podría causar un derrame de petróleo que devastaría el acuífero de forma permanente, alerta Emiliano Monroy-Ríos, geólogo de la Universidad Northwestern de Estados Unidos, quien estudia la región.
Divergencia
No todo el mundo se opone a que el Tren Maya atraviese esta zona de la región. Algunos ven una oportunidad económica sin precedentes, una posibilidad de ayudar a las familias pobres a ganar dinero.
María Norma de los Ángeles y su familia han vivido durante años de un modesto flujo de turistas en su comunidad de Jacinto Pat, enclavada en la selva en el estado de Quintana Roo.
Allí ofrecen baños de temazcal —baños de vapor tradicionales mayas destinados a purificar y relajar el cuerpo— y cobran una cuota a los visitantes por visitar un cenote cercano.
La familia, como muchos a lo largo del recorrido del Tren Maya, se opuso originalmente al proyecto porque les preocupaba que destruyera los cenotes que atraen a los turistas.
Pero su opinión sobre el tren empezó a cambiar cuando el gobierno contrató a gente local para construir las vías, dice María Norma de los Ángeles. Funcionarios del gobierno también les prometieron llevar a su comunidad electricidad, un sistema de drenaje y agua corriente, y acordaron pagar más por los terrenos por los que pasaría el tren.
“Tiene sus ventajas y tiene también sus desventajas”, dice De los Ángeles mientras su familia se reúne para matar un cerdo y cocinarlo para celebrar el cumpleaños de su padre. “Pero yo sé que sí. A todos nos va a beneficiar… en su momento habrá esa derrama económica”.
Esa es la mentalidad de muchos mexicanos, tanto hacia el tren como hacia López Obrador. Muchos están dispuestos a pasar por alto las polémicas del presidente y su tren, y ponen más atención en el carisma del político y la economía relativamente estable de su presidencia.
El líder de 70 años ha logrado conectar con la clase trabajadora mexicana, invisible durante mucho tiempo, de una manera en la que pocos han podido hacerlo en la historia reciente del país. El gobierno de López Obrador ha aumentado el salario mínimo y proporcionado ayudas en efectivo a mexicanos de la tercera edad y estudiantes. El gobierno dice que más de 5 millones de personas han salido de la pobreza desde que López Obrador es presidente.
Ambiente festivo
A bordo del tren en uno de los tramos que ya funciona entre Cancún y Valladolid, el ambiente es festivo. Luruama de la Cruz, una mexicana que reside en California cuya familia vive en la comunidad de Leona Vicario, dice que le regaló a su padre los boletos para el tren porque era un sueño para él.
“Un sueño hecho realidad”, dice Luruama mientras graba un vídeo con su teléfono. La mujer se pasea por los vagones entre pasajeros que visten camisetas con el logo del Tren Maya y miran la entrevista que el presidente concedió recientemente a un medio ruso.
“Pues la verdad es que la opinión mía y de muchos que conozco es que siempre que vas a construir algo, algo se cae”, dice al explicar que varios miembros de su familia trabajaron en las obras del tren. “Pero es para el bien de la comunidad, sobre todo en lo económico.
López Obrador aceleró la construcción del tren para tratar de cumplir su promesa de completarlo antes de las elecciones de junio, algo que no fue posible.
Las medidas que ha tomado no han hecho más que profundizar sus actuales enfrentamientos con el poder Judicial del país, y han alimentado aún más los señalamientos de que su gobierno socava las instituciones democráticas.
En violación a la ley mexicana, el gobierno no llevó al cabo un estudio exhaustivo para evaluar los posibles impactos ambientales del Tren Maya antes de iniciar la construcción. Eso ha llevado a perforar cavernas a ciegas sin tener idea de qué dañan, dicen científicos y abogados independientes.
“Nuestro presidente tiene poco respeto por la ley… está en una especie de ‘mido fuerzas, ¿no? Y se hace lo que sea mi voluntad”, dice Claudia Aguilar, abogada de la Escuela Libre de Derecho, en México.
Cuando un juez ordenó suspender la construcción de un tramo del tren hasta que se realizara un informe adecuado de cómo afectaría al sistema de cavernas, López Obrador ignoró el fallo y los trabajos continuaron.
Al mismo tiempo, gran parte del proyecto se ha mantenido en secreto, ya que el mandatario ha encargado la construcción al Ejército mexicano y ha bloqueado la divulgación de información alegando que el proyecto es de “seguridad nacional”.
Si bien la Suprema Corte de la Nación determinó que eso era inconstitucional, López Obrador también hizo caso omiso de esa sentencia para “proteger” el proyecto de críticos “corruptos”.
Cuando la AP solicitó una entrevista con el general del Ejército encargado del Tren Maya, la portavoz Mariana Galicia respondió que les “ordenaron” no dar entrevistas, pero que podían responder a preguntas por correo electrónico, pero tampoco lo hicieron.
Esta nota Expertos alertan de riesgo mortal en Quintana Roo apareció primero en Diario de Yucatán.