
El exministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Alberto Pérez Dayán, se encontró en el centro de una fuerte polémica durante su participación en la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara. El motivo del debate fue su voto crucial en una de las decisiones más sensibles de la Corte: la que desestimó la invalidez de la Reforma Judicial. La confrontación fue encabezada por la analista Adriana Pineda, quien sin rodeos lanzó la pregunta que resumía la crítica pública: “¿Valió la pena?”, poniendo en tela de juicio las consecuencias de su decisión y el impacto de su votación en la institucionalidad del país.
El exministro asistía al evento cultural y académico más importante del país, un foro donde el debate suele ser intenso, pero la crítica de Adriana Pineda fue inusualmente directa. La analista, conocida por su postura crítica, cuestionó el fondo del voto de Pérez Dayán, el cual, aunque a título personal pudo haber sido contrario a la reforma, fue el que impidió alcanzar la mayoría calificada de ocho ministros necesaria para declarar la inconstitucionalidad. Es decir, su votación fue el factor que permitió que la reforma siguiera adelante, a pesar de las serias reservas constitucionales.
El Impacto del Voto en la Reforma Judicial
El corazón del debate judicial giró en torno a un artículo transitorio de la Reforma Judicial, que proponía ampliar el periodo del entonces presidente de la Corte y del Consejo de la Judicatura Federal. Para declarar esta extensión como inválida y contraria a la Constitución, se requería una mayoría de ocho votos. Pérez Dayán votó en contra de la reforma, pero su voto fue clave porque no se sumó a una mayoría de invalidez de ocho, sino que quedó en una mayoría simple, lo que jurídicamente significa que la acción de inconstitucionalidad no prosperó y la ley se mantuvo vigente.
La crítica de Adriana Pineda en la FIL, un espacio de discusión abierta, refleja el sentir de amplios sectores de la sociedad civil y del ámbito jurídico que vieron en el voto del ministro un punto de quiebre. El hecho de que la pregunta «¿Valió la pena?» se lanzara en un foro público y no en la sala de sesiones de la Corte, subraya que las decisiones judiciales tienen un impacto político y social que se evalúa constantemente fuera de los recintos oficiales. La analista buscó confrontar al exministro con las repercusiones de su votación, obligándolo a justificar su postura ante el público.








