
20-jULIO-2025.-En medio de una industria que durante años estuvo marcada por estigmas, el estudio Riko ha logrado posicionarse como una propuesta diferente en el panorama nacional del tatuaje. Fundado hace tres años en Guadalajara, este proyecto no solo se enfoca en el arte corporal, sino también en transformar la experiencia de quien decide marcar su piel con un significado personal. Gio, uno de los fundadores, destaca que Riko nació con el deseo de ofrecer un entorno más amable y abierto, alejado de las imágenes rudas que antes dominaban el sector.
Formación de talento y comunidad artística
Pero Riko va más allá de la atención al cliente. Una de sus principales apuestas es la formación de nuevos talentos, abriendo las puertas del estudio a personas interesadas en aprender el oficio. Gio asegura que uno de los retos del gremio era justamente el secretismo: “Antes nadie te explicaba nada, y ahora nosotros queremos compartir”. Cada integrante del equipo —que ya suma al menos siete personas— es libre de trabajar el estilo que más le inspire, aunque todos coinciden en priorizar el respeto y el profesionalismo.
A diferencia de otros lugares donde el ambiente puede resultar intimidante, en Riko buscan que cualquier persona, sin importar su edad, apariencia o trasfondo, se sienta bienvenida. Esto implica desde evitar el consumo de sustancias dentro del estudio, hasta diseñar una estética visual que resulta atractiva para públicos más amplios. “Queremos que se vea bonito, que sea alegre. Que alguien joven entre y se identifique”, explica Gio.
El estudio se ubica en la calle Garibaldi, en el centro de Guadalajara, y ha ganado reconocimiento por participar en eventos como Intermoda, donde no solo exponen su trabajo, sino que también promueven una cultura del tatuaje basada en el respeto, la inclusión y la responsabilidad profesional. Esto ha permitido que Riko se posicione como un referente alternativo en el país.

Como valor agregado, vale la pena señalar que este tipo de espacios emergentes también están colaborando a desmontar ideas negativas que aún persisten en sectores conservadores de la sociedad. En México, a pesar de avances importantes, muchos empleadores todavía asocian los tatuajes con informalidad o rebeldía. Proyectos como Riko, al promover una imagen profesional y ética, ayudan a normalizar el arte del tatuaje como una forma válida y respetable de expresión personal.
Además, iniciativas como la de Gio y su equipo permiten crear redes de apoyo dentro del gremio, donde artistas jóvenes tienen la oportunidad no solo de capacitarse, sino también de compartir comunidad y valores. En un entorno muchas veces competitivo o aislado, este modelo colaborativo representa un cambio positivo que podría marcar una nueva etapa para el arte corporal en México.