QUINTANA ROO – 23-OCT-2025 – INTERNACIONALES. La Administración del presidente estadounidense, Donald Trump, ha dado un paso que podría intensificar significativamente el conflicto en Ucrania al levantar una restricción crucial sobre el uso de ciertos misiles de largo alcance suministrados a Kiev por sus aliados occidentales. Según reportó The Wall Street Journal, citando a funcionarios estadounidenses, la decisión busca incrementar la presión militar sobre Moscú. Esta medida representa un cambio notable en la política de Washington respecto a las capacidades ofensivas de Ucrania contra territorio ruso.
De acuerdo con el prestigioso medio, las Fuerzas Armadas ucranianas han estado utilizando activamente los misiles de crucero Storm Shadow, provenientes del Reino Unido. Con la restricción eliminada, los funcionarios de EE.UU. anticipan que Kiev lanzará ataques transfronterizos adicionales. Estos misiles, lanzados desde aviones, tienen un alcance superior a 280 kilómetros, lo que les permite impactar objetivos militares estratégicos mucho más allá de la línea de frente y en territorio que Moscú considera propio.

El Debate del Tomahawk y la Restricción de Largo Alcance
La decisión sobre los misiles de largo alcance llega en medio de un debate interno sobre el suministro de armamento aún más potente. Días antes de que se anunciara el levantamiento de la restricción, el presidente Donald Trump no había descartado la posibilidad de que Washington pudiera enviar misiles Tomahawk a Ucrania. El mandatario había mencionado que ya había tomado una decisión «en cierto modo», pero que antes de dar el paso final, le gustaría entender el uso que Ucrania le daría a estos misiles y «adónde los envían».
Sin embargo, pocos días después, el jefe de la Casa Blanca adoptó un tono más cauteloso, señalando que enviar misiles Tomahawk a Kiev constituiría «un nuevo paso de agresión», una postura que compartió con el líder ucraniano, Volodímir Zelenski. Trump incluso sugirió que «quizá tenga que hablar con Rusia» al respecto, dudando si Moscú «quiere que los Tomahawks se dirijan hacia ellos». Esta ambivalencia subraya la complejidad y el alto riesgo de la escalada que implica cualquier restricción levantada sobre el uso de armas de largo alcance.
El Riesgo de Implicación Directa de la OTAN y la Restricción Rusa
El levantamiento de la restricción ha reavivado las advertencias de Rusia sobre una escalada directa con Occidente. El presidente ruso, Vladímir Putin, ya había afirmado en septiembre del año pasado que una decisión de permitir que Ucrania atacara en la profundidad del territorio ruso internacionalmente reconocido con armas occidentales de largo alcance significaría que los países de la OTAN «están en guerra con Rusia».

Putin fue claro al señalar que esta decisión implicaría, nada menos, que «la implicación directa» de los países de la OTAN en el conflicto. Advirtió que, si se llega a ese punto, Rusia tomaría «la decisión adecuada en función de las amenazas» planteadas, con vistas a «cambiar la naturaleza del conflicto». Adicionalmente, el jefe de Estado ruso enfatizó que las tropas ucranianas no pueden utilizar estas armas por sí mismas, pues solo lo pueden hacer «especialistas de los países de la OTAN» que poseen los medios de reconocimiento espacial necesarios.








