18 DE JUNIO- La tensión #política sube de nivel tras las recientes declaraciones del #primerministro de #Eslovaquia, Robert Fico, quien cuestionó la permanencia de su país en la #OTAN. Esta postura llega justo antes de la cumbre de la Alianza en La Haya, donde se discutirá aumentar el gasto en defensa al 5% del PIB. Fico argumenta que dicha meta pondría en riesgo los programas sociales de su nación y beneficia únicamente a la industria armamentística.
Durante un encuentro con líderes políticos y el presidente Peter Pellegrini, Fico criticó duramente a los países occidentales, acusándolos de impulsar políticas bélicas. Según él, la cifra que la OTAN exige implicaría para Eslovaquia gastar más de 7 mil millones de euros anuales, una quinta parte del presupuesto nacional. El mandatario advirtió que su país no está dispuesto a sacrificar bienestar social por intereses militares.
Postura oficial dividida
Aunque Fico no formalizó la salida de la OTAN, sí abrió la puerta a esa posibilidad si se mantiene la exigencia de incrementar el gasto militar. El primer ministro dejó claro que una decisión tan trascendental requeriría debate parlamentario o incluso un referéndum. Mientras tanto, el presidente Pellegrini reaccionó de inmediato, reiterando que Eslovaquia no planea abandonar la Alianza Atlántica.
Por su parte, Mark Rutte, líder de la OTAN, defendió la hoja de ruta para alcanzar el 5% del PIB en defensa antes de 2032. Según Rutte, la medida es clave para reforzar la seguridad ante la amenaza rusa, que podría atacar un país aliado en 2029. El plan contempla destinar un 3.5% al gasto militar directo y un 1.5% a infraestructura y ciberdefensa.
Las declaraciones de Fico han encendido las alarmas entre los socios europeos, quienes consideran su discurso como una grieta en la unidad frente a Moscú. No es la primera vez que el líder eslovaco se alinea con posturas prorrusas; desde 2023 ha bloqueado envíos de armas a Ucrania y criticado las sanciones contra Rusia. Esta actitud ha generado protestas internas y preocupación en Bruselas.
Analistas advierten que, aunque la salida de la OTAN parece poco probable a corto plazo, solo plantear esa posibilidad ya debilita la cohesión de la Alianza en Europa Central. Esta situación es vista por algunos expertos como un triunfo simbólico para el Kremlin, que desde hace años intenta dividir a los miembros de la organización.
Mientras tanto, la cumbre de La Haya se perfila como un momento clave para definir el rumbo de la seguridad europea. Entre presiones internas y externas, Eslovaquia se encuentra en la encrucijada de mantener su papel dentro de la OTAN o seguir tensando la cuerda, arriesgando su estabilidad y la de la región.
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