15 de Diciembre del 2025.- Una celebración que debía ser motivo de alegría en la ciudad de Bareilly, en la India, terminó convirtiéndose en un caso policial que ha captado la atención de los medios locales e internacionales. Todo estaba listo para la unión matrimonial, pero el evento se canceló abruptamente cuando la novia decidió detener la ceremonia tras acusar a su prometido de condicionar el casamiento a un pago económico exorbitante. Según los reportes, la disputa principal giró en torno a una dote que la familia del novio exigió en el último minuto, lo que desató la furia de la familia de la mujer y provocó la intervención de las autoridades en el lugar de los hechos.
La ceremonia estaba programada para llevarse a cabo el pasado viernes, y la familia de la novia esperó pacientemente durante horas la llegada de la tradicional procesión nupcial, conocida en la cultura local como ‘baraat’. Sin embargo, la tensión estalló cuando, según la denuncia, los parientes del novio comunicaron sus nuevas pretensiones antes de iniciar el ritual. La joven de unos 20 años afirmó en un video que se viralizó rápidamente que le estaban pidiendo dos millones de rupias (aproximadamente 22.000 dólares) y un vehículo nuevo marca Suzuki como parte de la dote para que la boda pudiera proceder, algo que su familia no estaba dispuesta a tolerar.
Denuncias cruzadas y testimonios familiares
La novia, identificada como Jyoti, expresó su indignación y tristeza a través de las redes sociales, dejando claro que no estaba dispuesta a ceder ante el chantaje emocional y económico. Entre lágrimas, declaró que no quería formar parte de una familia a la que calificó como «gente avariciosa de dote» y subrayó que no podría compartir su vida con un hombre que no mostraba respeto por su padre. Su testimonio ha resonado fuertemente en la comunidad, poniendo de relieve las presiones financieras que a menudo sufren las familias de las novias en este tipo de acuerdos tradicionales que aún persisten en ciertas regiones.
Por su lado, el padre de la joven salió en defensa de su hija y detalló los enormes gastos que ya habían realizado para satisfacer a la familia del novio antes del día de la boda. Aseguró que un día antes ya habían entregado una especie de dote en efectivo de 120.000 rupias, además de numerosos bienes materiales como un aire acondicionado, una nevera, una lavadora y diversas joyas de oro. El padre lamentó profundamente la situación, mencionando que incluso habían reservado un salón de eventos muy costoso únicamente porque la familia del novio insistió en que la celebración debía ser lujosa, lo que aumentó la carga económica sobre ellos.
Mientras tanto, surgieron versiones conflictivas sobre el estado en el que se encontraba el novio al momento de su llegada, lo que añadió más confusión al conflicto. Un alto oficial de la Policía que está familiarizado con el expediente comentó que el novio, llamado Rishabh, se quedó dormido durante la procesión, lo que llevó a la familia de la novia a pensar erróneamente que estaba borracho. Esta percepción de falta de respeto, sumada a la presunta exigencia de dote, creó un ambiente hostil que terminó con ambas familias enfrentadas y trasladando la discusión del salón de fiestas a la comisaría local para presentar cargos formales.
Defensa del novio y proceso legal
En su defensa, Rishabh negó categóricamente haber pedido dinero o bienes adicionales y presentó una narrativa completamente diferente sobre por qué se canceló el matrimonio. Según su versión, la ruptura se debió a que la novia y su familia lo discriminaron por su apariencia física, alegando que ella le dijo el día de la boda que lo rechazaba por ser «gordo». Además, el hombre acusó a los parientes de su prometida de haberlo retenido contra su voluntad dentro de la casa y de haberle robado sus pertenencias personales en medio del caos, intentando desviar la atención de la acusación sobre la dote.
