QUINTANA ROO – 23-OCT-25 – INTERNACIONALES. El Pentágono de Estados Unidos ha intensificado sus operaciones militares en aguas internacionales cercanas a Colombia, realizando dos ataques en menos de 24 horas contra lanchas que, según acusan, transportaban drogas. El saldo de estas ofensivas fue de cinco personas fallecidas, catalogadas por Washington como «narcoterroristas». El secretario de Guerra estadunidense, Pete Hegseth, confirmó la acción y compartió imágenes del primer bombardeo en su cuenta de X, donde murieron dos personas. Horas después, un segundo ataque dejó otros tres fallecidos. Esta escalada marca una extensión de la campaña militar antidrogas de la Casa Blanca en aguas latinoamericanas, iniciada en el mar Caribe el 2 de septiembre.
Esta campaña militar ha registrado ya nueve bombardeos contra embarcaciones y un saldo de 37 «ejecuciones extrajudiciales», según reportes. Siete de estos ataques previos tuvieron lugar frente a las costas de Venezuela. La retórica oficial se ha endurecido notablemente: Hegseth advirtió en redes sociales que “los narcoterroristas que intentan traer veneno a nuestras costas no encontrarán refugio en ningún lugar del hemisferio”. El presidente Donald Trump, por su parte, justificó las acciones aludiendo a que «Cada vez que esto sucede (un ataque), estás salvando 25 mil vidas estadunidenses».

La Crisis Diplomática con Colombia
Los ataques militares han coincidido con una profunda y abierta crisis diplomática entre Estados Unidos y Colombia, en un giro que ha puesto fin a una sociedad histórica en la lucha contra el narcotráfico. Entre la primera y la segunda ofensiva en el Pacífico, el presidente Trump arremetió duramente contra su homólogo colombiano, Gustavo Petro, llamándolo un “matón y mal tipo” y amenazando con tomar “medidas muy serias contra él y su país”. Trump aseguró que Colombia “tiene fábricas de cocaína” y que las drogas malas que entran a EE. UU. “generalmente pasan por México”, confirmando también el fin de la ayuda financiera a la nación sudamericana por su presunta «inacción» en la lucha contra el narcotráfico.
El presidente colombiano, Gustavo Petro, no tardó en responder a las graves acusaciones y amenazas. Petro reviró que se defenderá «judicialmente con abogados estadunidenses en la justicia estadunidense» de las «calumnias» lanzadas por altos funcionarios de EE. UU. El mandatario colombiano también se posicionó al reiterar que siempre estará “en contra de genocidios y asesinatos del poder en el Caribe”. Además, denunció que se encuentra “al borde de ser juzgado como narcotraficante por el señor Trump y sus jueces”, según el medio Semana, en una escalada sin precedentes en la relación bilateral.
Endurecimiento de Medidas y Amenazas
La situación se ha complicado con un endurecimiento de las medidas por parte de Washington. Además de retirar la certificación a Colombia como aliado antidrogas y confirmar la finalización de la ayuda financiera, el presidente Trump revocó la visa estadunidense a Petro y tildó de “trampa mortal” la gestión del mandatario. El secretario de Estado estadunidense, Marco Rubio, se sumó a las críticas, señalando que el único problema de Colombia es su “presidente lunático”. Estas declaraciones refuerzan el señalamiento previo de Trump, quien ya había llamado a Petro “líder de narcotráfico”.
A pesar del intento de Petro por desescalar la tensión, reuniéndose con el encargado de negocios estadunidense en Bogotá y entregando propuestas para fortalecer la erradicación de cultivos de hoja de coca, la respuesta de Washington ha sido de confrontación. El Pentágono justificó sus ataques difundiendo fotos y videos, mostrando una pequeña embarcación explotando en llamas, mientras Hegseth comparó a los presuntos narcotraficantes con el grupo terrorista Al Qaeda. El mensaje es claro: “no habrá refugio ni perdón, sólo justicia”, y se advierte que los esfuerzos de erradicación pasarán ahora también a operaciones por tierra, algo que, según Trump, los narcotraficantes “no han experimentado aún”.

El primer ataque tuvo lugar el martes en la noche, y el segundo se perpetró al final del día siguiente. Fuentes de las fuerzas militares colombianas indicaron que el ataque ocurrió cerca de su territorio, pero se descartó que haya sido «dentro» de su plataforma marítima. Los bombardeos anteriores en el Caribe dejaron 32 muertos.