
Sorpresa temprana en el Atlántico
La tormenta tropical Erin se fortaleció este viernes hasta alcanzar la categoría 1 en la escala Saffir-Simpson, convirtiéndose en el primer huracán de la temporada 2025 en el océano Atlántico. El fenómeno, monitoreado de cerca por el Centro Nacional de Huracanes (NHC), marca un inicio de temporada más activo de lo esperado, considerando que históricamente los huracanes de agosto suelen formarse más hacia finales del mes.
Impacto en el Caribe oriental
Según el NHC, el huracán Erin provocará lluvias intensas desde la noche del viernes y hasta el domingo 17 de agosto en el norte de las Islas de Sotavento, las Islas Vírgenes y Puerto Rico. Estas precipitaciones podrían generar inundaciones repentinas, deslizamientos de tierra y afectaciones urbanas puntuales, especialmente en zonas de difícil drenaje y áreas montañosas.
Aunque Erin no representa por ahora una amenaza directa para tierra firme y menos para el Caribe mexicano, las autoridades mantienen vigilancia sobre su trayectoria. El monitoreo constante es clave, ya que los sistemas tropicales pueden cambiar de dirección o intensidad de forma repentina, como ha ocurrido en temporadas pasadas.

Expertos en meteorología advierten que el Atlántico presenta este año condiciones más favorables para la formación de huracanes debido a temperaturas oceánicas por encima del promedio y una baja presencia de polvo del Sahara. Esto aumenta la probabilidad de que más sistemas tropicales alcancen categoría de huracán antes de lo habitual.
En Quintana Roo, Protección Civil y la Coordinación Estatal de Meteorología confirmaron que, por el momento, no existe peligro para la entidad. Sin embargo, recomendaron a la población no bajar la guardia y mantenerse informada mediante fuentes oficiales, sobre todo si se planea viajar al Caribe oriental o zonas cercanas.
La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) ya había advertido que la temporada 2025 podría ser más activa de lo normal, con un número de ciclones superior al promedio histórico. Erin parece ser la primera prueba de que las predicciones podrían cumplirse e incluso superarse.