Yard Act es una banda de rock, post-punk y hasta dance-rock de Leeds que tiene un sonido único y fascinante que les ha valido la atención global con apenas dos discos de estudio: The Overload (2022) y Where’s My Utopia (2024). Sus letras inteligentes y sarcásticas brillan sobre un sonido que oscila entre el post-punk tétrico y divertido, centrado en los riffs atípicos de Sam Shipstone y las líneas de bajo sólidas de Ryan Needham.
Previo a su primer concierto como headliners en México, analizamos a Yard Act a través de 5 canciones esenciales de sus dos discos de larga duración, EPs y hasta sencillos.
“The Overload”: rock directo al oído con denuncia social inteligente
La voz de James Smith es una característica definitiva de Yard Act, que declama pero también puede cantar, y en The Overload luce la expresión vocal rápida y sarcástica que marca a la banda. Con un coro de estadio bastante pegajoso, la denuncia social de la banda llega a ridiculizar la necesidad permanente de tener la razón y la urgencia de las bandas por lograr ser famosos.
Smith originó comparaciones con artistas como Mark E. Smith de The Fall y Florence Shaw de Dry Cleaning, pero sin duda en los coros muestra que también le entra a la cantada. Esta fue su carta de presentación que los elevó al mainstream, con una aparición en la franquicia de videojuegos entonces conocida como FIFA, ahora EAFC.
“100% Endurance”: una banda con filosofía que también conmueve
Yard Act tiene letras ingeniosas y obscuramente humorísticas, y la cerradora de su primer disco ofrece una filosofía básica que se siente reconfortante y liberadora. Plantea la idea de que la humanidad descubrió extraterrestres similares a nosotros, y que tampoco tienen idea de qué hacen en su mundo, o por qué están vivos.
Con una aproximación bastante budista, una línea de bajo pegajosa y un coro mucho más ligero que en sus rolas más rockeras, Yard Act nos dice que hay que disfrutar la vida aunque no sepamos bien a bien cuál es nuestra misión como humanidad. James nos dice que “La muerte viene por todos nosotros, pero no hoy (…) hoy lo estás sintiendo”, este es un momento liberador en sus conciertos y con una alta conexión con el público, que seguramente será un momento destacado de su show de mañana.
“Trench Coat Museum”: una joyita oculta que rompe convencionalismos
Con el abrigo largo como pretexto para aventarse un rolón, los ingleses ofrecen un comentario sobre la sociedad británica contemporánea, tocando temas de clase, política y las luchas cotidianas de la gente común. Esta rola de dance-rock, que bien pudo haber sido influida por LCD Soundsystem o Hot Chip es un sencillo que no está en sus dos discos, pero tiene una importancia en los sets de la banda.
Con toques de electrónica y una acelerada melodía vocal, rompe con guitarrazos y beats, es una absoluta fiesta que se baila y se grita a la vez. La frescura de Yard Act reside en que también logran matizar con temas metafísicos y se meten hasta con la muerte en esta rola, pensando en cómo le damos importancia a la ropa que eventualmente vivirá más allá de nosotros. El video es una joyita, ya que crearon un universo de clips en los que hay una persecución policíaca en desarrollo.
“Dream Job”: el dance-rock crítico de la cultura laboral
Yard Act tiene un gran segundo disco de estudio, en el que exploraron más allá del post-punk, incluso jugando con la electrónica y ritmos bailables. No sueltan la acidez de la crítica social, y esto se refleja en “Dream Job”, una rola que puedes tener en repetición permanente, parece alegre, pero es en realidad una sátira de la vida laboral.
Aunque son palabras mayores, aquí nos dan un poco de los Talking Heads, con un poco más de distorsión. Aunque esta rola habla sobre problemas sociales serios, la monotonía del trabajo de escritorio y la “cultura laboral”, Yard Act no se toma demasiado en serio. Las etiquetas que crean en el coro critican la carrera por conseguir la mayor cantidad de capital posible, y se centran en lo ridículo que es tener en mente un “trabajo ideal”.
“Blackpool Illuminations”: un himno solemne sobre la vida y la infancia
James Smith es un letrista talentoso que no solo tiene la capacidad de crear frases divertidas y pegajosas, ya que hay rolas en su discografía más complicadas y personales. La prueba de esto es la atípica “Blackpool Illuminations”, en la que James hace toda una reflexión sobre su infancia y la vida a partir de un viaje que hizo en 1996 para ver las decoraciones luminosas en la ciudad de Blackpool.
Sobre una base de dub bastante agradable, Yard Act da un testimonio desolador de la vida, la muerte y el paso del tiempo. Atesorando la infancia, la rola se desarrolla con efectos vocales, guitarras minimalistas, cuerdas orquestales y hasta instrumentos de viento. A pesar de ser una anécdota muy personal, la voz de James nos conmueve, al pensar sobre nuestras vidas e infancias, como todo era más sencillo antes y el futuro parecía lejano.
La combinación única de voces habladas, letras reflexivas, música inspirada en el post-punk, y autoconciencia humorística de Yard Act los distingue de sus contemporáneos. Estamos listos para su presentación de mañana, en la que seguramente escucharemos estas cinco rolotas que nos explican su genialidad.