18 JULIO 2025- INTERNACIONAL- La enfermedad venosa crónica que se le ha diagnosticado recientemente a Donald Trump ha vuelto a poner el foco en el estado de salud del presidente de Estados Unidos. Según informó la Casa Blanca, Trump presentó hinchazón en las piernas y hematomas visibles en la mano, lo que derivó en un estudio vascular que reveló esta condición, común en personas mayores de 70 años. Las imágenes que circularon en días pasados durante eventos oficiales encendieron las alarmas en redes sociales y medios internacionales, dando paso a una oleada de teorías sobre su verdadera condición médica.
Karoline Leavitt, secretaria de prensa de la Casa Blanca, intentó calmar las especulaciones al asegurar que la mano amoratada del presidente se debe a daños por apretones de manos, los cuales se habrían agravado por el uso de aspirina como parte de un tratamiento cardiovascular. Sin embargo, el detalle ha generado críticas sobre la transparencia con la que se maneja la salud del presidente. Mientras se insiste en que todos los análisis se encuentran dentro de los rangos normales, la atención pública permanece fija en los visibles signos físicos del mandatario.
El reporte menciona que no se detectó presencia de trombosis venosa profunda ni de alguna enfermedad arterial, lo cual es una buena noticia. Pero los antecedentes recientes, como la hinchazón observada durante la final de la Copa Mundial de Clubes en Nueva Jersey y los hematomas en reuniones oficiales, han intensificado el debate sobre si Trump realmente se encuentra en condiciones de asumir las altas exigencias de un segundo mandato. A sus 79 años, su imagen de “presidente más sano de la historia”, como él mismo se autodefinió, empieza a tambalearse ante la opinión pública.
Un punto que no se ha mencionado oficialmente, pero que se ha comentado entre expertos en salud geriátrica, es que la insuficiencia venosa crónica puede agravarse con el estrés y los viajes frecuentes. Además, esta condición podría requerir el uso de medias de compresión, control estricto del peso y una disminución en la actividad física intensa, lo que representa un reto importante para alguien en la vida política activa. No se ha confirmado si Trump está recibiendo estos cuidados, pero son medidas comunes en casos similares.
A pesar de todo, la Casa Blanca ha prometido publicar el informe médico completo. Esto se percibe como un intento por reforzar la confianza de la ciudadanía y evitar más rumores que empañen la imagen del mandatario. Sin embargo, voces críticas consideran que la administración solo responde cuando el asunto se hace visible públicamente, lo que vuelve a cuestionar el compromiso con la transparencia médica que exige un cargo de esta envergadura.
