Como había ofrecido, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó el lunes una orden ejecutiva para clasificar a los principales cárteles mexicanos del narcotráfico como “organizaciones terroristas extranjeras” (FTO, por sus siglas en inglés), medida que, según la Casa Blanca, busca enfrentar la amenaza que estas organizaciones representan para la seguridad nacional y de los estadounidenses.
Entre los cárteles señalados figuran el Cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), junto con otras organizaciones identificadas por la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA).
Legisladores republicanos han propuesto una lista que, en total, incluye nueve grupos que cumplirían con los criterios establecidos por la legislación estadounidense.
Para ser designada como terrorista extranjera, una organización debe operar fuera de Estados Unidos, participar en actividades terroristas o tener la capacidad de realizarlas, y representar una amenaza significativa para la seguridad nacional.
Medidas contra grupos terroristas
Aunque la designación formal aún está en proceso, esta incluiría medidas como el congelamiento de activos y el uso de herramientas internacionales para combatir a estas organizaciones. Además, brindar apoyo material a estos grupos sería considerado un delito grave, con penas que podrían llegar hasta la cadena perpetua.
El Cártel de Sinaloa y el CJNG, conocidos por su alcance global y violencia extrema, encabezan la lista de objetivos. Otros grupos como Los Zetas, el Cártel del Golfo y La Familia Michoacana también podrían ser incluidos, debido a su participación en actividades como tráfico de fentanilo, secuestros y extorsión.
Con esta medida, los cárteles mexicanos serían equiparados a organizaciones terroristas internacionales como Al-Qaeda.
De acuerdo con expertos, esto permitiría a las autoridades estadounidenses utilizar estrategias más agresivas en la lucha contra el narcotráfico y su impacto transnacional.