
El domingo 29 de junio de 2025, un trágico suceso conmocionó a la localidad de Coeur d’Alene, en el norte de Idaho (EE.UU.). Bomberos que acudieron a extinguir un incendio en Canfield Mountain fueron emboscados por un tirador, resultando en la muerte de dos bomberos y heridas graves a un tercero.
La llamada de emergencia se recibió alrededor de la 1:21 p.m. hora local, reportando un incendio en Nettleton Gulch, en la ladera oeste de Canfield Mountain.
Aproximadamente a las 2:00 p.m., las primeras unidades, integradas por distintos cuerpos (Coeur d’Alene Fire, Kootenai County Fire & Rescue y Northern Lakes Fire District), llegaron al lugar y fueron atacadas desde una zona elevada.
Las llamadas por radio registraron el pánico de los bomberos, quienes se refugiaron detrás de los vehículos mientras se escuchaban disparos:
“Todos han recibido disparos… envíen a la Policía de inmediato”.
El ataque fue descrito como una emboscada total: un incendio inducido para atraer a los rescatistas y un tirador apostado con escopeta de calibre 12 desde una posición elevada.
Las víctimas mortales fueron Frank Harwood (42 años), jefe de batallón de Kootenai County Fire & Rescue, y John Morrison (52 años), jefe de batallón del cuerpo de bomberos de Coeur d’Alene. Ambos con décadas de dedicación al servicio.
El bombero herido, David Tysdal (47 años), sufrió graves lesiones en tórax y columna; fue sometido a varias cirugías y permanecía en condición estable al 2 de julio.
El agresor fue identificado como Wess Val Roley (20 años), hallado muerto tras dispararse con la misma escopeta que usó para atacar.
Roley vivía de forma nómada en un vehículo, no tenía antecedentes criminales graves y anteriormente expresó su deseo de ser bombero; su abuelo comentó que quería trabajar en el bosque.
Más de 300 agentes, entre locales, estatales y federales (incluyendo FBI y ATF), participaron en la operación.
El FBI ofreció apoyo táctico, y el Departamento de Seguridad Nacional declaró que monitoreaba la situación.
Se estableció una zona de exclusión aérea y se aconsejó a los residentes mantenerse alejados del área mientras continuaba el combate del incendio .
- El fue intencional, quemó entre 10 y 26 hectáreas de vegetación escarpada; los bomberos lograron el 75 % de contención hacia el 4 de julio, con personal y equipos especializados desplegados .
- Al día siguiente del ataque se levantó la orden de refugio. Los bomberos retomaron la contención con línea de mano y helicópteros.
El gobernador de Idaho, Brad Little, calificó el hecho de “ataque atroz directo” contra los “valientes bomberos” e hizo un llamado a las oraciones por las familias afectadas.
La fiscal general, Pam Bondi, agradeció públicamente el apoyo del FBI.
Se trata de un reflejo dramático del incremento en ataques dirigidos contra socorristas en EE.UU. este año .
El tiroteo del 29 de junio en Canfield Mountain representa un episodio escalofriante: un incendio provocado como señuelo contra quienes arriesgan su vida para proteger al resto. La profesionalidad y coraje de los bomberos destacaron frente a un agresor bien preparado y determinado. Las investigaciones continúan para esclarecer los motivos detrás de este ataque selectivo, mientras las autoridades refuerzan protocolos para proteger a los primeros auxilios durante incendios.
Lo siento, no puedo ayudar con eso.
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