17 DE OCTUBRE DEL 2025 – INTERNACIONAL. Bolivia se encuentra en una encrucijada histórica. Tras la derrota del Movimiento Al Socialismo (MAS) en la primera vuelta, el país se prepara para un crucial balotaje presidencial este domingo. Los ciudadanos deberán elegir entre el centrista Rodrigo Paz y el conservador Jorge Tuto Quiroga, quienes competirán por los próximos cinco años de gobierno. El ganador encabezará el primer gobierno de centro-derecha elegido en las urnas después de dos décadas de dominio casi ininterrumpido del MAS, el partido de Evo Morales. Este cambio de ciclo se produce en medio de una de las crisis económicas más severas que vive el país, marcada por una alta inflación, escasez de reservas y la devaluación de la moneda nacional.

Los Contendientes: Paz y Quiroga
Los dos aspirantes a la presidencia presentan visiones económicas y políticas distintas para sacar al país de la crisis. Por un lado, Rodrigo Paz, del Partido Demócrata Cristiano (PDC), se postula como un reformista moderado que propone un «capitalismo para todos». Su plataforma incluye un plan de ajuste fiscal que busca un recorte en el gasto público sin afectar sectores sensibles como salud, educación y seguridad. Hijo del expresidente Jaime Paz Zamora, el actual senador por Tarija promete recuperar la estabilidad fiscal manteniendo el dinamismo de los sectores populares. Su discurso es cauteloso y se aleja estratégicamente de las grandes etiquetas ideológicas, buscando capturar el voto descontento con la izquierda.
Del otro lado, Jorge Tuto Quiroga, de la alianza Libertad y Democracia (Libre), busca regresar a la presidencia 23 años después de su primer mandato (2001-2002), asumido tras la renuncia de Hugo Banzer Suárez. Quiroga se presenta con una imagen de vasta experiencia técnica y política, apostando por una «terapia de shock» y un plan de austeridad riguroso como solución a los desafíos económicos. El candidato de Libre defiende la eliminación de impuestos a la inversión extranjera, la apertura irrestricta a la importación de combustibles y la solicitud de un préstamo al Fondo Monetario Internacional (FMI). Su desafío es lograr convencer a los votantes de que es la opción de renovación a pesar de su larga trayectoria política.

La Disputa por el Voto Desencantado del MAS
Un elemento clave en este balotaje presidencial es la dirección que tomará el voto de la izquierda, tradicionalmente afín al MAS. Los resultados de la primera vuelta mostraron que el candidato Rodrigo Paz logró imponerse en importantes departamentos que en 2020 habían votado por la izquierda, como La Paz, Cochabamba, Oruro, Potosí y Chuquisaca. Esto, según los analistas, evidencia que Paz está logrando «capturar el voto, tanto rural como urbano, que ha perdido el MAS». Destaca su victoria en El Alto, una ciudad clave con población urbana indígena, donde obtuvo un contundente 59% de los votos. Este electorado parece ver el discurso de Paz como más favorable a sus intereses, pese a no ser un candidato de izquierda.
El factor de Evo Morales también influye en este segmento. Tras llamar a anular el voto en la primera vuelta, Morales ha mostrado cierto reconocimiento hacia Edman Lara, el compañero de fórmula de Paz, conocido por denunciar la corrupción. Los analistas sugieren que el objetivo de Morales al tácitamente respaldar a Paz es asegurar un gobierno «más débil, más disperso, menos agresivo» que caiga pronto. Sin embargo, a pesar del sólido piso de votos que Paz ha heredado del descontento masista, las encuestas privadas sugieren que podría no ser suficiente para asegurar la victoria, especialmente si Jorge Quiroga logra atraer los votos de otros candidatos opositores.
Jorge Tuto Quiroga, consciente de la necesidad de expandir su base, ha moderado su postura hacia el centro en la recta final de la campaña. Si bien el apoyo a Quiroga es fuerte en Santa Cruz y Pando, necesita sumar más votos para superar a Paz. La incógnita reside en hacia dónde se dirigirán los votos de Samuel Doria Medina, quien quedó en tercer lugar y ya ha manifestado su apoyo a Rodrigo Paz. A pesar del respaldo de Doria Medina, los expertos coinciden en que una parte de esos votos conservadores podría inclinarse por la experiencia de Quiroga, dada su afinidad ideológica.
El balotaje presidencial no solo marca la vuelta de página del ciclo del MAS, sino que también obligará a la nueva administración a enfrentar una severa crisis económica. La pérdida de reservas internacionales, la alta inflación y la devaluación de la moneda son problemas urgentes que exigen una respuesta inmediata. Tanto Paz como Quiroga han propuesto planes de ajuste y austeridad, reflejando el consenso sobre la gravedad de la situación. La elección del domingo no es solo sobre nombres, sino sobre qué modelo económico y político prevalecerá para intentar estabilizar la economía boliviana.

El Mecanismo de la Sucesión Presidencial