
Dos hermanos mexicanos, movidos por una fe inquebrantable en su proyecto, tomaron una decisión radical y arriesgada: vender su casa para financiar la creación de «Frankelda», la primera película de animación Stop Motion 100% nacional. Esta muestra de compromiso total con su arte, la animación cuadro por cuadro, ha rendido frutos que superan las expectativas iniciales. La película no solo se ha convertido en un hito de la producción mexicana, sino que también ha capturado la atención y el apoyo de una leyenda mundial: el director ganador del Óscar, Guillermo del Toro.
Los hermanos Arturo y Roy Ambriz, al frente de su estudio Cinema Fantasma, demostraron que el talento y la determinación pueden superar las barreras económicas y de infraestructura. La Stop Motion es una técnica de animación notoriamente lenta y costosa, pero ellos estuvieron dispuestos a sacrificar su patrimonio para ver su sueño materializado. El esfuerzo titánico de vender su casa subraya la pasión y la seriedad con la que emprendieron la producción de esta ambiciosa película en México.
🏆 El Padrino de Lujo: Guillermo del Toro en la Stop Motion Mexicana


El proyecto «Frankelda» recibió un impulso invaluable gracias al apoyo de Guillermo del Toro, reconocido mundialmente por su dominio de la fantasía oscura y, precisamente, por su reciente trabajo de animación en Stop Motion. Del Toro se convirtió en un padrino de lujo, aportando su experiencia, fe y credibilidad a la visión de los hermanos Ambriz. Este respaldo no solo fue moral, sino que sirvió como un sello de calidad que inmediatamente puso a «Frankelda» en el radar de la industria cinematográfica internacional.
El ganador del Óscar vio en el trabajo de Cinema Fantasma y en la película «Frankelda» un reflejo de la calidad que la animación mexicana puede ofrecer. Con su ayuda, los Ambriz no solo continuaron la producción, sino que también reafirmaron su capacidad de competir con producciones de otros países. Este espaldarazo de Del Toro es un testimonio del talento que existe en el país para desarrollar obras de Stop Motion de primer nivel, superando los prejuicios sobre la animación hecha en México.
🎨 Esfuerzo Cuadro por Cuadro: El Arte Detrás de la Stop Motion
El proceso de creación de «Frankelda» es una épica de la dedicación. Los hermanos Ambriz pasaron años construyendo su sueño, literalmente cuadro por cuadro. La producción requirió animar un total de 140 marionetas y construir cerca de 50 escenarios completamente artesanales, cada uno con detalles minuciosos. La dificultad técnica de la Stop Motion es inmensa: mover los personajes y objetos una pequeña fracción y tomar una foto, repitiendo el proceso miles de veces para unos pocos segundos de metraje.
El inicio humilde del estudio, trabajando incluso desde una azotea bajo una carpa, es la prueba más clara de su perseverancia. Hoy, este arduo trabajo en la Stop Motion rinde frutos. «Frankelda» no es solo una película, sino un hito que demuestra que, con creatividad y dedicación, la animación de México puede alcanzar la calidad top. El proyecto de Cinema Fantasma ha logrado posicionar a México en el mapa de la Stop Motion internacional y su historia ya es una inspiración para otros creadores.
 
			 
			









