27 – OCTUBRE – 2025 – INTERNACIONAL. El Reino Unido está liderando el esfuerzo para forjar una alianza occidental estratégica con la Unión Europea (UE) y la posible inclusión de Estados Unidos, con el objetivo primordial de contrarrestar el arrollador dominio de China en el mercado global del acero. Esta iniciativa, revelada por fuentes cercanas a las negociaciones, busca establecer un frente común que pueda aplicar medidas coordinadas para proteger a las industrias siderúrgicas de Occidente. El movimiento surge ante la preocupación compartida por la sobreproducción industrial china, que ha inundado los mercados y amenaza la viabilidad de los productores occidentales.
Búsqueda de un Enfoque Arancelario Coordinado
El principal interés de Londres con esta alianza occidental es lograr un «enfoque coordinado» que le permita a la vez esquivar los nuevos aranceles del 50% que Bruselas planea imponer. La UE busca desesperadamente proteger a sus productores de la masiva inyección de acero chino. La propuesta británica consiste en que este «club» del acero pueda alinear sus políticas arancelarias, permitiendo a sus miembros otorgarse tarifas preferenciales en el comercio de acero entre ellos, mientras que imponen medidas de defensa comercial más estrictas contra el acero proveniente de Beijing.

La urgencia de esta coordinación ha sido reconocida por altos funcionarios en ambos lados del Atlántico. Un alto funcionario de la UE advirtió a principios de octubre que el bloque no tenía «otra opción» que defender su industria, señalando que Europa estaba «en un profundo problema debido a este problema de exceso de capacidad» de China. Este reconocimiento de la crisis subraya la necesidad de una alianza occidental rápida y efectiva para preservar miles de puestos de trabajo y la capacidad productiva esencial en Europa.
La idea de un «club» o asociación occidental para el acero no es nueva, pero ahora parece más atractiva debido a la creciente agresividad comercial de China. Desde Estados Unidos también se ha presionado para una acción conjunta. Jamieson Greer, representante comercial de la Casa Blanca, pidió una coordinación más fuerte contra el acero chino, argumentando que las «reglas actuales de comercio internacional son inadecuadas» para manejar el volumen y las prácticas de sobreproducción del gigante asiático.

La postura de EE.UU. ya se había materializado en junio, cuando el entonces presidente firmó una orden para elevar los aranceles al 50% a las importaciones de acero y aluminio. Washington justificó esta medida drástica bajo la argumentación de que tales importaciones amenazaban con «perjudicar la seguridad nacional» y la competitividad de las industrias estadounidenses. Esta acción unilateral demuestra la seriedad con la que se toma la amenaza, y sirve de precedente para la formación de una alianza occidental más amplia.




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