
Contrario a las expectativas generadas por recientes declaraciones de líderes de la mayoría, el dictamen final de la Comisión de Presupuesto de la Cámara de Diputados se presentó sin cambios significativos en el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) para 2026. Los anticipados recortes por un monto cercano a los 18 mil millones de pesos que se había anunciado afectarían a organismos autónomos como el INE, el Poder Judicial y el TEPJF, no fueron reflejados en el documento que pasó al Pleno de San Lázaro para su discusión final.
La decisión de no asentar los ajustes en el dictamen causó sorpresa en el ámbito político, dado que la reasignación de esos 18 mil millones de pesos se había perfilado como una de las principales acciones de la mayoría legislativa para reorientar recursos a programas sociales prioritarios. A pesar de que se esperaba ver las reducciones al Presupuesto 2026 plasmadas en el texto oficial de la Comisión, el documento que se discutirá llegó esencialmente intacto en términos de los montos generales asignados originalmente.
Este movimiento táctico implica que la verdadera batalla por los recortes y la reasignación de los 18 mil millones de pesos no se dará en la Comisión, sino directamente en el Pleno. La estrategia ahora se centra en realizar las modificaciones a través de las «reservas», que son propuestas de cambio que los legisladores presentan individualmente o por bancada durante la discusión y votación del dictamen. Esta ruta permite a la mayoría mantener el control de la votación final sobre cada ajuste específico, sin haber tenido que negociar los recortes previamente en la Comisión.
✂️ Los Recortes se Afrontarán Mediante Reservas en el Pleno


La herramienta de las reservas en el Pleno es el mecanismo que queda a disposición de la mayoría para llevar a cabo los ajustes anunciados. Esto significa que los legisladores de la bancada mayoritaria deberán presentar formalmente propuestas para reducir el presupuesto de ciertos ramos (como el INE o el Poder Judicial) y, simultáneamente, proponer reservas para reasignar esos 18 mil millones de pesos a las áreas que consideran prioritarias (como salud o infraestructura). Este proceso, aunque complejo y largo, asegura que el Presupuesto 2026 no quede totalmente sin cambios, sino que se transformará durante el debate.
La discusión en el Pleno de San Lázaro se perfila, por lo tanto, como un escenario de alta tensión y confrontación política, especialmente con los partidos de oposición que han defendido la autonomía presupuestal de los organismos que serían afectados por los recortes. Al mantener el Presupuesto 2026 sin cambios en el dictamen, se posterga la confrontación hasta el último momento. Sin embargo, la mayoría ha reiterado su intención de aprobar la reasignación de 18 mil millones de pesos, lo que garantiza que el presupuesto final será diferente al dictaminado.
El Plazo Constitucional y la Estrategia del Pleno







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