
25 de Septiembre del 2025.- El presidente de Irán, Masoud Pezeshkian, se dirigió a la Asamblea General de la ONU para defender la postura de su país respecto a su programa nuclear. En su discurso, aseguró que Irán “nunca ha buscado construir una bomba nuclear ni lo hará nunca”. Estas palabras refuerzan la declaración histórica de Teherán de que su programa atómico tiene fines exclusivamente pacíficos y se enmarca en su defensa de un Medio Oriente libre de armas de destrucción masiva. El mandatario buscó proyectar una imagen de Irán como una nación que busca la paz y el desarme, a pesar de las tensiones regionales y las acusaciones de otros países.
Pezeshkian también se refirió a los recientes ataques de Israel y Estados Unidos, calificándolos de “agresión salvaje” que va en contra del derecho internacional. El presidente iraní instó a la comunidad global a reflexionar sobre si tolerarían acciones similares contra sus propias naciones, apelando a un principio universal de justicia. El líder iraní presentó a su país como una víctima de agresiones externas, a pesar de estar en pleno proceso de negociaciones diplomáticas, y aseguró que el pueblo iraní se ha mantenido “erguido con el poder de la fe y su cohesión nacional” frente a las adversidades.
Un país fortalecido por la adversidad
El presidente iraní aseguró que las sanciones económicas, la “guerra mediática” y los intentos de sembrar discordia solo han fortalecido la “sagrada unidad nacional” de su país. Hizo referencia a la “guerra de 12 días con Israel” como prueba de esta cohesión, afirmando que el pueblo iraní dejó al descubierto las “falsas ilusiones” de sus enemigos. A pesar de que la comunidad internacional acusa a Irán de financiar y armar a grupos terroristas, Pezeshkian insistió en que su país es un actor que actúa con moralidad en el ámbito internacional, a pesar de las constantes amenazas que, según él, lo acechan.

Acusaciones cruzadas y el contexto regional
Pezeshkian no solo defendió el programa nuclear de su país, sino que también lanzó duras acusaciones contra Israel, denunciando los ataques que, según él, causaron más de un millar de muertes y un “duro golpe a la confianza internacional”. Asimismo, acusó a Israel de cometer un “genocidio” en Gaza y de agredir a otros países como Yemen, Siria, Líbano y Qatar. Sin embargo, este discurso se da en un contexto de gran tensión, donde Israel acusa a Irán de proporcionar armas y apoyo a milicias y grupos terroristas, como Hamás, cuyo ataque del 7 de octubre de 2023 desencadenó una guerra que aún persiste. La bomba nuclear es la gran ausente en las acciones de Irán, pero el programa de misiles de largo alcance de Irán es visto por Israel como el principal riesgo, porque le podría servir como mecanismo para que esa nación pudiera atacar sin tener que arriesgar a un soldado iraní.
El discurso del presidente iraní ante la ONU tiene lugar en un momento clave. Las negociaciones sobre el acuerdo nuclear, el Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA), han estado en un punto muerto, con Estados Unidos saliendo del pacto en 2018 y las potencias europeas luchando por mantenerlo vivo. Irán ha continuado enriqueciendo uranio a niveles cercanos a los de grado armamentístico, lo que ha generado gran preocupación en Washington y sus aliados. La negación de Pezeshkian sobre la intención de construir una bomba nuclear se interpreta como un intento de aliviar la presión internacional y de revertir las sanciones económicas que han golpeado duramente a su economía.