
Meloni y Trump impulsan la idea desde Occidente
El Vaticano habla de una “paz sin armas” para Europa del Este
El nuevo pontífice, León XIV, elegido el pasado 8 de mayo como sucesor del papa Francisco, podría estar a punto de asumir un rol histórico: servir como mediador en el conflicto entre Rusia y Ucrania. Diversas señales apuntan a que el Vaticano se perfila como posible sede de negociaciones de paz impulsadas por líderes occidentales.
La primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, reveló que habló con el papa el 20 de mayo sobre una “paz justa y duradera” para Ucrania. La conversación se produjo después de que Donald Trump y líderes europeos pidieran verificar si la Santa Sede estaría dispuesta a mediar. El Vaticano, por su parte, no ha negado esa posibilidad.


Desde su aparición en el balcón de San Pedro, León XIV ha reiterado constantemente el mensaje de paz, tanto espiritual como política. En su misa de toma de posesión, recibió al presidente Volodimir Zelenski y a su esposa, y días después, también al vicepresidente estadounidense J.D. Vance y al secretario de Estado Marco Rubio, quien le entregó un mensaje directo de Trump.
En esos encuentros, la guerra en Ucrania fue tema central. El papa habló de una “paz desarmada y desarmante”, lo que ha dado pie a interpretaciones sobre su deseo de intervenir más allá del plano religioso. Aunque él no estaría presente en todas las reuniones, el arzobispo Paul Gallagher, a cargo de las relaciones exteriores del Vaticano, podría representar a la Santa Sede.
Según fuentes diplomáticas, si ambas partes lo aprueban, las conversaciones podrían iniciar en Roma en tres o cuatro semanas. El Vaticano ofrece no solo neutralidad política, sino también garantías de seguridad y discreción, condiciones clave para un diálogo de alto nivel.