El panorama musical actual puede resultar abrumador, ya que tenemos una oferta inmensa para escuchar y día a día parece que surgen nuevos géneros, pero este fenómeno también sucede cuando revisamos el desarrollo de un género y descubrimos la existencia de subgéneros que resultan honestamente sorprendentes.
Tal es el caso de la electronic body music (EBM), un subgénero de la música electrónica que pareciera esconderse entre gigantes de su época, como el post punk y el industrial.
Esta derivación de estos géneros se caracteriza por construir atmósferas de sintetizadores obscuros, con letras minimalistas y beats distorsionados que le dan una personalidad única. La EBM se ha caracterizado por ser una mezcla de cajas de ritmos, y loops de líneas de bajo y voces con distorsión y demás efectos, principalmente ligeros ecos.
Los orígenes la Electronic Body Music: La obscuridad directo del underground
La fascinación por la popularidad alcanzada por los sintetizadores a finales de los 70 resultó en que muchos artistas pioneros de este género vieran a Kraftwerk, The Cure, Gary Numan o Die Krupps como influencias directas en la concepción de la Electronic Body Music.
Imagínense ser un adolescente mientras Kraftwerk lanza The Man-Machine (1979) o The Cure explora la obscuridad en su Seventeen Seconds (1980). Algunas de las rolas precursoras del EBM son “Radioactivity”, “A Forest”, y “The Pleasure Principle”, en su sonido comienza una sensación tétrica que resulta encantadora y persecutoria a la vez, algo complicado de describir aún en la actualidad.
Estos elementos son recuperados con intensidad en el naciente género que conquistó el underground de los ochentas, mientras lo mainstream se concentraba en sentimientos mucho más esperanzadores.
El mayor atractivo del EBM es la creación de unas atmósferas densísimas e hipnotizantes que te hacen bailar con un beat pesado y percusiones complejas. También entre los exponentes del género hay grados de intensidad y hasta lo agresivo en los vocales los caracteriza.
Una banda que triunfó en el EBM fue Skinny Puppy, quienes finalizaron su carrera apenas el año pasado, y su peculiar aproximación al género resultaba mucho más desoladora y violenta, especialmente con voces distorsionadas que le dieron personalidad propia.
Grandes exponentes con décadas de carrera
Hablamos del caso de Skinny Puppy, banda icónica de este género que apenas culminó su carrera, pero también enemos exponentes potentísimos de la Electronic Body Music como Paranoid Illusions o The Neon Judgement.
Algunos otros proyectos le entraron parcialmente a esta oleada de música, sin que sus carreras estuvieran completamente dedicadas al EBM, como Ministry, Imperative Reaction o Rotersand.
Otro grandioso proyecto del EBM es Nitzer Ebb, banda inglesa que se caracteriza por progresiones sintéticas en loop que además cuenta con un vocalista espectacular en Douglas McCarthy y la mente maestra de Bon Harris, fundador del proyecto.
Grandes amigos y abridores en 1987 de la gira de Depeche Mode, deben entrarle a esta banda si les atrae lo más pesado de Depeche, pero definitivamente NItzer Ebb lo lleva a otro nivel de intensidad con letras minimalistas pero agresivas.
Muy influenciados por Kraftwerk, tenemos a Die Krupps, otra bandota que se dedicó a denunciar la deshumanización entre beats intensos y letras menos repetitivas que las de otras bandas.
Chéquense “Robo Sapiens”, una canción que podemos relacionar con “The Man-Machine” pero que se pone más obscura y declara que ya dejamos de ser completamente humanos para convertirnos en algo más. Las progresiones en sintetizadores son fenomenales y hasta guitarras distorsionadas le agregan a este temazo.
Tristemente, un proyecto legendario del género, Front 242, se despide de los escenarios en 2024 después de 43 años de carrera. Vendrán a México en mayo, para tocar por última vez en nuestro país en CDMX y Guadalajara. El EBM no se entiende sin esta banda formada en Bélgica en 1981. Gran parte de su influencia se escucha hoy en día en bandas como Nine Inch Nails o Rammstein.
La presencia de la electronic body music en la música actual
Al adentrarse en la electronic body music por primera vez, varios elementos nos parecen familiares, y es que este género ha impactado actualmente en decenas de bandas sumamente exitosas.
Las percusiones complejas con menos intensidad que las del industrial, la estructura de las melodías vocales y los sintetizadores tétricos son algunos de los elementos que persisten en la música actual.
No podemos pensar en Nine Inch Nails, Boy Harsher y algunas partes electrónicas de Rammstein sin darle el crédito debido al EBM. En menor medida, Marilyn Manson y Puscifer también tienen elementos que homenajean la época más pura del EBM, como influencia indirecta pero presente.
Como derivada del industrial, el EBM logró hacer más accesible un género difícil de digerir, y a su vez, bandas como los ya mencionados NIN rescataron algo light de este género para llevarlo a la década de los noventas e inclusive a los dos miles.
Muestra de esto es la excelente “LESS THAN”, en la que Trent Reznor recupera elementos del EBM como las líneas de sintetizadores repetidas y las percusiones directas del género ochentero. Eso sí, Trent se ha caracterizado por crear letras mucho más variables y pensativas para su proyecto.
La electronic body music continúa presente en distintas presentaciones, pero es una constante en algunos géneros como el post punk e industrial, y aunque resulte complicado identificar con precisión qué género estamos escuchando, definitivamente ha influido en la música contemporánea.
Para ti… ¿Cuál es el mayor legado que nos deja la EBM?
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