CIUDAD DE MÉXICO.— A través de un comunicado, el movimiento “Diálogo Nacional por la Paz” de México envió un “mensaje de esperanza” e hizo un “llamado a la unidad en esto tiempos desafiantes para nuestra nación“.
En el documento, la organización señala que, “El reto más grande de una democracia no es obtener la mayoría en las urnas, es visibilizar y dar voz a las minorías”, aun cuando se tiene una mayoría que podría invitar a no dialogar. “La gobernabilidad recae en el reconocimiento y la garantía de esa responsabilidad”.
Agrega que, “Gobernar es no abandonar”. Y añade, “es no renunciar a la responsabilidad de garantizar el bienestar y la seguridad de cada persona”; “es partir de un proyecto de nación comprometido con la construcción de una sociedad más fraterna y justa, donde se fomente la cultura del encuentro y el diálogo”.
Destaca que los estados de Chiapas, Michoacán, Guanajuato, Guerrero, entre otros “claman no ser abandonados”, y asegura que, “La barbarie recorre sus municipios en un desamparo total hacia quienes han sido expulsados de sus tierras, de sus sueños, de sus familias, de la vida misma”.
En el documento se asegura que, “La vocación del Diálogo Nacional por la Paz es llamar a la escucha, a la búsqueda de acuerdos, a la exigencia que garantice la seguridad, en especial, de aquellos a quienes les han robado la voz y los derechos”.
El Diálogo Nacional por la Paz llama a “visibilizar y a atender a cada minoría”; “a construir mesas de trabajo que permitan en los municipios y estados, el trabajo conjunto de ciudadanía y gobierno”, y ofrece “acompañar estos procesos”.
También llama “al Ejército Mexicano, a la Guardia Nacional y a las policías a asumir su responsabilidad y a no abandonar a quienes están siendo vulnerados”, asegura que para “desactivar las dinámicas delictivas de los territorios: faltan decisión y coordinación”.
De igual forma, hace un llamado al gobierno federal, tanto al ejecutivo como al legislativo, “a abrirse al diálogo plural que permita encontrar las reformas que garanticen el mejor funcionamiento de poderes e instituciones”.
El movimiento llama al Poder Judicial “a defender el interés supremo de la Nación, del pueblo y de la legalidad”.
De la misma manera, llama a los gobiernos estatales y locales a quienes pide “detener esta violencia acabando con la corrupción en las fiscalías, en las cárceles y en las direcciones de seguridad”, y agrega “Es sabido que los índices de violencia son proporcionales a los índices de corrupción”.
El Diálogo Nacional por la Paz invita a la sociedad civil y a las iglesias “a generar el encuentro en el espacio público que anime la esperanza, a incentivar la participación y la organización comunitaria”, destaca que, “Las buenas prácticas de seguridad y justicia tienen como componente fundamental la participación ciudadana. La violencia que vivimos es un llamado a unirnos y abrirnos a la colaboración”.
“Es en la generosidad del ganador hacia el perdedor como se reconoce a un héroe”, agrega el documento, y señala que, “En la mirada incluyente y en la voluntad de gobernar para cada mexicana y mexicano se demostrará de qué está hecho el gobierno próximo a tomar posesión”.
Al final asegura que, “En el Diálogo Nacional por la Paz tendrá un aliado quien busque con hechos y no solo con palabras el bienestar de la población”.
La organización pide a “la Santísima Virgen de Guadalupe, nos guíe hacia un futuro de paz, justicia y fraternidad”.
El documento está firmado por + Mons. Rogelio Cabrera López, arzobispo de Monterrey y Presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano; + Mons. Ramón Castro Castro, Obispo de Cuernavaca y Secretario de la Conferencia del Episcopado Mexicano, entre otros.
A continuación, el texto íntegro del comunicado:
Diálogo Nacional por la Paz
Ciudad de México, 1 de septiembre de 2024
Gobernar para todos
Queridos hermanas y hermanos,
Nos dirigimos a ustedes con un mensaje de esperanza y un llamado a la unidad en estos tiempos desafiantes para nuestra nación.
El reto más grande de una democracia no es obtener la mayoría en las urnas, es visibilizar y dar voz a las minorías políticas, sociales, religiosas, culturales, aun cuando se tiene una mayoría que podría, equivocadamente, invitar a no dialogar. La gobernabilidad recae en el reconocimiento y la garantía de esa responsabilidad.
Gobernar es no abandonar. Gobernar es no renunciar a la responsabilidad de garantizar el bienestar y la seguridad de cada persona en el territorio nacional. Gobernar es partir de un proyecto de nación comprometido con la construcción de una sociedad más fraterna y justa, donde se fomente la cultura del encuentro y el diálogo.
Chiapas, Michoacán, Guanajuato, Guerrero y tantos otros estados claman no ser abandonados. La barbarie recorre sus municipios en un desamparo total hacia quienes han sido expulsados de sus tierras, de sus sueños, de sus familias, de la vida misma.
La vocación del Diálogo Nacional por la Paz es llamar a la escucha, a la búsqueda de acuerdos, a la exigencia que garantice la seguridad, en especial, de aquellos a quienes les han robado la voz y los derechos.
Llamamos a visibilizar y a atender a cada minoría. Llamamos a construir mesas de trabajo que permitan en los municipios y estados, el trabajo conjunto de ciudadanía y gobierno. Ofrecemos acompañar estos procesos desde nuestras posibilidades.
Llamamos al Ejército Mexicano, a la Guardia Nacional y a las policías a asumir su responsabilidad y a no abandonar a quienes están siendo vulnerados. Una buena estrategia de inteligencia militar puede desactivar las dinámicas delictivas de los territorios: faltan decisión y coordinación.
Llamamos al gobierno federal, tanto al ejecutivo como al legislativo, a abrirse al diálogo plural que permita encontrar las reformas que garanticen el mejor funcionamiento de poderes e instituciones.
Llamamos al Poder Judicial a defender el interés supremo de la Nación, del pueblo y de la legalidad.
A los gobiernos estatales y locales les imploramos detener esta violencia acabando con la corrupción en las fiscalías, en las cárceles y en las direcciones de seguridad. Está en sus manos resolverlo. Es sabido que los índices de violencia son proporcionales a los índices de corrupción.
A la sociedad civil y a las iglesias les invitamos a generar el encuentro en el espacio público que anime la esperanza, a incentivar la participación y la organización comunitaria. Las buenas prácticas de seguridad y justicia tienen como componente fundamental la participación ciudadana. La violencia que vivimos es un llamado a unirnos y abrirnos a la colaboración.
Es en la generosidad del ganador hacia el perdedor como se reconoce a un héroe. En la mirada incluyente y en la voluntad de gobernar para cada mexicana y mexicano se demostrará de qué está hecho el gobierno próximo a tomar posesión.
En el Diálogo Nacional por la Paz tendrá un aliado quien busque con hechos y no solo con palabras el bienestar de la población.
Que la Santísima Virgen de Guadalupe, nos guíe hacia un futuro de paz, justicia y fraternidad.
Con nuestra bendición pastoral,
+ Mons. Rogelio Cabrera López
Arzobispo de Monterrey y Presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano
+ Mons. Ramón Castro Castro
Obispo de Cuernavaca y Secretario de la Conferencia del Episcopado Mexicano
R. P. Luis Gerardo Moro Madrid, SJ
Prepósito Provincial de la Compañía de Jesús en México
P. José Luis Loyola Abogado, MSpS
Presidente de la Conferencia de Superiores Myores de Religiosos de México (CIRM)
Mtra. Denisse Arana Escobar
Secretaria Ejecutiva de la Dimensión Episcopal para los Laicos.
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