
Investigadores especializados en vida silvestre reportaron un hallazgo sorprendente y sin precedentes el año pasado: el lobo etíope (Canis simensis), una especie de cánido grande y el depredador más raro de África, ha sido documentado por primera vez lamiendo activamente néctar de las flores de «póquer candente» (Kniphofia), también conocidas como atizador de fuego. Este comportamiento, antes nunca observado en un depredador de este tamaño y con una dieta predominantemente carnívora, ha reescrito lo que se sabe sobre las interacciones ecológicas y la flexibilidad dietética de esta especie icónica y en peligro de extinción.
El estudio, basado en observaciones de campo en las tierras altas de Etiopía, reveló que el lobo etíope introduce cuidadosamente su hocico en las inflorescencias rojas y tubulares de las plantas para consumir el líquido dulce y rico en azúcares. Aunque el néctar no constituye una parte sustancial de su dieta, dominada por roedores, esta ingesta representa una fuente de energía rápida, especialmente valiosa en los entornos fríos y de gran altitud donde habita el lobo. El descubrimiento sugiere una adaptabilidad conductual que podría tener implicaciones inesperadas para la conservación del cánido.
Lobo Etíope y la Flor: Una Interacción Mutualista Inesperada
La interacción entre el lobo etíope y la flor de póquer candente (Kniphofia) sugiere una relación que podría interpretarse como un caso inusual de polinización o, al menos, como un forrajeo oportunista por parte del depredador. Los investigadores están analizando si, al lamer el néctar, los lobos transportan polen entre las flores, ayudando involuntariamente a la reproducción de la planta. Esta posibilidad abre un nuevo campo de estudio sobre las complejas redes tróficas y las interacciones mutualistas en los ecosistemas de montaña africanos.
El comportamiento del lobo subraya que, incluso las especies catalogadas como estrictamente carnívoras, pueden tener una dimensión omnívora que les permite aprovechar recursos alimentarios no convencionales. La búsqueda de néctar podría estar ligada a momentos de escasez de presas o simplemente a la necesidad de obtener un rápido impulso de glucosa en un entorno de alta demanda energética. Es un hallazgo que amplía significativamente el conocimiento sobre la etología y la ecología del lobo etíope.
Implicaciones para la Conservación del Lobo Raro
Este novedoso comportamiento de consumo de néctar tiene importantes implicaciones para la conservación del lobo etíope, una especie catalogada como en peligro crítico y cuya población total se estima en menos de 500 individuos adultos en estado salvaje. El hecho de que el depredador se alimente de un recurso vegetal sugiere que las áreas de conservación deben proteger no solo a sus presas principales (roedores), sino también la flora clave que puede servir como recurso energético suplementario.







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