21 de Diciembre del 2025.- El gobierno de Rusia, a través de su asesor presidencial Yuri Ushakov, ha expresado una postura escéptica frente a las recientes alteraciones introducidas por Ucrania y la Unión Europea al borrador propuesto para finalizar el conflicto. Según las declaraciones oficiales, estos ajustes realizados por las contrapartes internacionales no contribuyen a que el proyecto de pacificación sea más efectivo o realista. Para Moscú, los cambios actuales lejos de facilitar un acuerdo, parecen entorpecer la posibilidad de alcanzar una estabilidad que perdure en el tiempo dentro de la región.
Por su parte, el mandatario ucraniano Vladímir Zelenski ha confirmado que todavía no existe un consenso total sobre el esquema de conciliación definitivo. Aunque Washington ha servido como puente en las discusiones, las versiones del documento siguen fluyendo entre las capitales involucradas sin llegar a un punto común. Zelenski enfatizó que, mientras no haya una validación mutua de los términos, no se puede hablar de un acuerdo cerrado, especialmente cuando aún se discuten temas críticos como la situación del Donbass y el volumen de tropas necesarias.
Los puntos críticos de la propuesta original
El documento inicial, que consta de 28 puntos y fue impulsado originalmente por la administración de Donald Trump, establecía condiciones muy específicas para este programa de tregua internacional. Entre las cláusulas más relevantes se encontraba la renuncia de Ucrania a entrar en la OTAN, el retiro progresivo de las sanciones económicas contra Rusia y la convocatoria a elecciones presidenciales en suelo ucraniano apenas 100 días después de la firma. Estos puntos han sido el eje de la controversia, ya que diversos sectores los consideran demasiado favorables para los intereses del Kremlin.
Otro aspecto fundamental que genera fricción en el diseño de armonía propuesto es la limitación del ejército ucraniano a 600,000 efectivos, mientras que Kiev aspira a mantener al menos 800,000 hombres en filas. A pesar de que funcionarios de Estados Unidos han sugerido que algunos de estos puntos ya han sufrido modificaciones, no se ha hecho pública la lista exacta de los cambios. Esta falta de transparencia mantiene en vilo a los aliados europeos, quienes han intentado intervenir para equilibrar las condiciones del tratado a favor de la soberanía ucraniana.
Diplomacia en marcha entre Berlín y Miami
La actividad diplomática para consolidar este modelo de resolución se ha intensificado en dos frentes geográficos distintos durante el mes de diciembre. Por un lado, Berlín fue sede de encuentros entre Zelenski y los enviados especiales estadounidenses, Steve Witkoff y Jared Kushner. Por otro lado, representantes rusos como Kiril Dmítriev se encuentran actualmente en Miami manteniendo diálogos que han calificado como «constructivos», buscando destrabar los nudos financieros y políticos que impiden el avance del cese al fuego.
Sin embargo, la confianza entre las partes sigue siendo mínima, pues desde el Kremlin se ha advertido que la intromisión de las potencias europeas en las negociaciones directas no suele traer resultados positivos. Rusia prefiere mantener una línea de comunicación más estrecha con Washington, evitando que el protocolo de entendimiento se diluya en las exigencias de los múltiples países de la Unión Europea. La tensión radica en si los mediadores lograrán fusionar las demandas de seguridad de Rusia con las aspiraciones territoriales y militares de Ucrania.
