
24 de Septiembre del 2025.- En un sombrío y directo mensaje ante la Asamblea General de la ONU, el presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, ofreció un diagnóstico crítico de la situación global. Su intervención se centró en la idea de que en el siglo XXI, al igual que en el pasado, la seguridad y la supervivencia de las naciones no se rigen por el derecho internacional ni la cooperación, sino por el poder de las armas. Zelensky, cuyo país sufre una invasión a gran escala por parte de Rusia, criticó la impotencia de las instituciones globales y urgió a la comunidad internacional a tomar acciones más contundentes para frenar la agresión. El mandatario insistió en que detener la guerra ahora es “más barato” que enfrentar las catastróficas consecuencias globales que se avecinan si la inacción persiste.
El presidente de Ucrania subrayó que su país se ha visto forzado a aceptar una «verdad incómoda»: que solo las alianzas sólidas, los socios fuertes y las armas propias pueden garantizar la seguridad de una nación. Esta visión pesimista refleja la frustración ante el aparente fracaso de los mecanismos multilaterales para detener la guerra. Zelensky argumentó que el colapso del derecho internacional y la debilidad de las instituciones han sumido al mundo en lo que denominó «la carrera armamentística más destructiva en la historia humana». Su discurso, por lo tanto, fue un llamado a la acción, a enfrentar la realidad de un mundo donde el poder militar ha suplantado a la ley.
La carrera armamentística y la impotencia global
Zelensky presentó una serie de ejemplos para sustentar su argumento de que el mundo vive en un estado de creciente inseguridad. Mencionó desde el intento de asesinato de Donald Trump hasta el reciente cierre del aeropuerto de Copenhague por drones no identificados. Estos incidentes, según él, demuestran que las amenazas tecnológicas de guerra ya no se limitan a la geografía, y que las defensas tradicionales son insuficientes. El presidente ucraniano recalcó que el mundo «se mueve demasiado lento para protegerse a sí mismo», mientras que las armas y la tecnología bélica «se mueven rápido», sumiendo a la humanidad en una espiral de violencia y temor.

Un llamado a la acción y la advertencia de un futuro más oscuro
El líder ucraniano fue particularmente duro con la ineficacia de los organismos internacionales, señalando que «no existe una sola institución internacional que pueda realmente detener» una agresión. Puso como ejemplo los conflictos en Palestina, Somalia y Sudán, donde, según él, los pueblos solo reciben «declaraciones y más declaraciones» en lugar de ayuda real. En este contexto, Zelensky advirtió que la guerra en Ucrania continuará porque Rusia se niega a un alto el fuego y que Putin «seguirá impulsando la guerra hacia adelante, más amplia y más profunda». Su discurso fue un ultimátum a la comunidad internacional para que actúe, antes de que las armas que ahora afectan a Ucrania se extiendan por todo el mundo.
Zelensky también hizo un llamado directo a los países que mantienen relaciones comerciales con Moscú, recordándoles que su inacción tiene graves consecuencias. «Si ayudas a la paz o continúas comerciando con Rusia y ayudando a Rusia a financiar esta guerra», sentenció, dejando claro que no hay lugar para la neutralidad en este conflicto. Su discurso fue una alerta sobre las implicaciones de vivir en un mundo donde la ley del más fuerte prevalece, y un llamado a la responsabilidad de cada nación. El mensaje de Zelensky fue claro: la inacción equivale a la complicidad y el costo de la paz aumenta cada día.