
La «Ciudad del Pecado», Las Vegas, atraviesa un momento difícil en su principal motor económico: el turismo. La alcaldesa Shelley Berkley lanzó una desesperada súplica a los visitantes, especialmente a los canadienses, sus principales turistas internacionales. «Por favor vengan. Los amamos, los necesitamos y los extrañamos», fue su clamor a mediados de septiembre, poco después de pintar un panorama muy preocupante sobre la disminución de los viajes a la ciudad y a Estados Unidos en general. Las cifras son claras y preocupantes: en julio se registró una caída del 12% de turistas con respecto al año anterior, sumando el séptimo mes consecutivo de descenso. Expertos atribuyen esta bajada no solo al tradicional menor flujo del verano, sino también al impacto de las políticas y la retórica del gobierno de Donald Trump.
La actividad turística como Barómetro Económico
Las Vegas funciona como un «barómetro» de la realidad económica y de consumo del país, según Andrew Woods, director del Centro de Negocios e Investigación Económica de la Universidad de Nevada. Aproximadamente uno de cada cuatro empleos de la ciudad y casi la mitad del presupuesto de Nevada dependen del ocio y la hostelería. Por ello, la desaceleración del turismo se siente de inmediato en los bolsillos locales. La ocupación hotelera ha caído, y el Aeropuerto Internacional Harry Reid ha visto una disminución del 5,7% en el número de pasajeros en julio comparado con el año anterior. El descenso acumulado desde enero es del 4,4% en llegadas, tanto nacionales como internacionales, generando un ambiente de asombro y preocupación entre los trabajadores del sector. Un taxista incluso comparó la lentitud actual con los años de la pandemia de COVID.

La alcaldesa Berkley y varios analistas también señalan al aumento de los precios como un factor clave en el desplome del turismo. La percepción de que «ya no hay gangas» en Las Vegas está ahuyentando a los visitantes que gastan con precaución. La ciudad, que antes ofrecía comidas y habitaciones a precios muy bajos, ha adoptado un «modelo a la carta» con tarifas extra para casi todo. Este encarecimiento, sumado a la inflación de los últimos años, contrasta con otros destinos domésticos populares como Hawái y Florida, que no están experimentando la misma caída. Para Oliver Lovat, director de la consultora Denstone Group, Las Vegas ha dejado de ser un destino atractivo para quienes buscan ofertas, afectando al turismo sensible al costo.
El factor político-comercial está siendo especialmente notorio en la caída del turismo internacional, siendo el mercado canadiense el más afectado, históricamente el principal emisor de visitantes extranjeros a Las Vegas. Economistas y analistas concuerdan en que este descenso no se debe tanto a la economía o los precios, sino a la molestia que han generado los aranceles impuestos por el gobierno de Trump a su vecino del norte y a los comentarios políticos del presidente. La retórica hostil del gobierno estadounidense parece estar desincentivando los viajes de turismo desde Canadá, llevando a algunos ciudadanos a cancelar viajes por no sentirse seguros o por no querer apoyar la economía de un país que perciben como hostil.
El Sentimiento de Inseguridad Frena el Flujo de Viajeros Mexicanos
Aunque la alcaldesa inicialmente mencionó una caída en el turismo mexicano, datos posteriores de la Autoridad de Convenciones y Visitantes de Las Vegas (LVCVA) y del aeropuerto sugieren un panorama más matizado. Si bien algunas aerolíneas registraron menos pasajeros, una aerolínea de bajo costo vio un aumento considerable. Sin embargo, en el Consulado de México en Las Vegas han notado una disminución en la atención a turistas por incidentes como robo de pasaporte. La cónsul Patricia Cortés Guadarrama no duda en señalar a las políticas migratorias de la administración Trump, indicando que los turistas mexicanos, pese a ser «muy fieles», ahora están «nerviosos» y «se lo piensan dos veces antes de venir». Este sentimiento de inseguridad y miedo al escrutinio migratorio está afectando la afluencia de turismo a la ciudad.
El declive en Las Vegas no es un caso aislado, sino que refleja una tendencia más amplia a nivel nacional. Las Vegas, por su fuerte dependencia de la industria, siente el golpe con mayor intensidad. A nivel de todo Estados Unidos, en los primeros cinco meses del año se registró un 2,4% menos de visitantes extranjeros, lo que llevó a la Asociación de Viajes de EE.UU. a testificar que el país ya no es el principal destino turístico global. Incluso, proyecciones del Consejo Mundial de Viajes y Turismo indican que el gasto de los visitantes internacionales disminuirá en EE.UU. entre 2024 y 2025, algo que no se espera en ningún otro país. La situación en Las Vegas subraya la necesidad de abordar no solo los precios, sino también las implicaciones de las políticas nacionales en la industria.
