
1 AGOSTO2025-INTERNACIONAL -La estabilidad del dólar estadounidense vuelve a ser centro del debate internacional. Kiril Dmítriev, asesor económico del Kremlin y director del Fondo Ruso de Inversiones Directas, afirmó este miércoles que la “mayor amenaza” para la moneda estadounidense no son los países BRICS, sino las sanciones impuestas por figuras como el expresidente Joe Biden. Dmítriev sostiene que estas medidas han convertido al dólar en un instrumento político, dañando su credibilidad como divisa global.
Putin responde a amenazas de Trump
El pronunciamiento se da justo después de que Donald Trump anunciara un plazo de apenas 10 días para que Rusia llegue a un acuerdo de paz con Ucrania, advirtiendo que de lo contrario impondrá nuevos aranceles y restricciones. Aunque el expresidente reconoce que estas medidas podrían no tener el impacto deseado, su presión sobre Moscú sube de tono mientras persiste el conflicto con Kiev.
En contraste, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, asegura que Rusia ha desarrollado una “inmunidad” frente a las sanciones, resultado de años operando bajo restricciones económicas. Esta declaración pretende mostrar a la comunidad internacional que la economía rusa es resistente, pese a las presiones externas, y que ha aprendido a sortear los obstáculos financieros que se le han impuesto.

Mientras tanto, Trump ha reiterado su postura de que los BRICS —bloque integrado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica— representan una amenaza para la supremacía del dólar. Sin embargo, Dmítriev desacreditó esa idea, argumentando que el verdadero peligro es el uso repetido y desproporcionado del dólar como herramienta punitiva, lo que mina la confianza global en la moneda y alienta a otros países a buscar alternativas comerciales.
Este cruce de declaraciones evidencia el creciente descontento global ante el dominio financiero de Estados Unidos y el riesgo que representa politizar una divisa de referencia. Si bien el dólar aún conserva su hegemonía, los llamados a la desdolarización por parte de potencias emergentes comienzan a ganar tracción. Especialmente en regiones donde los efectos colaterales de las sanciones han generado inflación o restricciones de acceso a bienes básicos.