29 DE OCTUBRE DEL 2025 – INTERNACIONAL. Países Bajos, la quinta economía de la eurozona, se encuentra sumido en una profunda crisis de estabilidad política que se extiende por más de dos años. El país celebra elecciones este miércoles en un ambiente de polarización extrema, máxima fragmentación, y con la sombra del político islamófobo Geert Wilders, quien vuelve a liderar las encuestas. La abrupta salida del ex primer ministro Mark Rutte en 2023 evidenció una grave dolencia política con negociaciones interminables para formar gobierno—la última duró ocho meses—y ejecutivos que estallan prematuramente.
El clima electoral ha reflejado este caótico panorama, con violencia callejera, destrozos en sedes de partidos, e interrupciones de mítines. Incluso el líder ultra, Geert Wilders, tuvo que cancelar su campaña temporalmente debido a amenazas de muerte. Los analistas señalan un hartazgo neerlandés generalizado y un fuerte deseo de estabilidad. Anne Marie Reynaers, de la Universidad de Ámsterdam, lamenta que la cultura de diálogo y colaboración que caracterizó a Países Bajos durante décadas «ya no parece existir».

Las Causas de la Fragmentación Neerlandesa
La decadencia de la política neerlandesa se explica por una mezcla de factores sociales y económicos. La crisis de la vivienda, con precios inalcanzables, la decadencia de los servicios públicos, la creciente percepción de la migración como un problema y la inseguridad ciudadana han servido de caldo de cultivo para la polarización. Todo esto ha sido capitalizado por el islamófobo Partido de la Libertad (PVV) de Wilders.
Los debates se han vuelto agrios, cargados de insultos y con una crispación ciudadana en aumento. Sin embargo, este mismo hartazgo se traducirá, según las encuestas, en un voto de castigo para los cuatro partidos que formaron el fallido gobierno anterior, incluido el PVV. El gran problema estructural del país es la enorme fragmentación política, con hasta 15 partidos en un Parlamento de 150 diputados, donde es muy fácil fundar una formación y conseguir un escaño.
A pesar de que los sondeos señalan a Wilders como el favorito para ganar los comicios, el político ultra perdería casi diez escaños. Lo más notable es que, esta vez, Wilders no podrá gobernar. Todos los demás partidos con posibilidades de formar una coalición han rechazado de plano compartir gabinete con el ultra, dada la pésima experiencia del último ejecutivo, que el propio Wilders dinamitó al abandonarlo, frustrado por no poder aplicar la «política migratoria más restrictiva de la historia».
El manifiesto electoral del PVV, que busca «proteger a Países Bajos de la islamización» al considerarla una «mayor amenaza existencial para la libertad», es un obstáculo insalvable para las formaciones moderadas. El politólogo Matthis Roodujin apunta que los votantes de Wilders se dividen entre los que temen al islam y un grupo menos radical que podría cambiar su voto ante el panorama de bloqueo.
La Batalla por el Nuevo Primer Ministro
Con el seguro ganador inhabilitado para formar gobierno, la batalla por el liderazgo se centra en los partidos que ocupan la segunda posición. Los principales contendientes para convertirse en el próximo primer ministro neerlandés son Frans Timmermans, el exvicepresidente de la Comisión Europea que lidera a los socialdemócratas (GroenLinks / PvdA), y el democristiano Henri Bontenbal (líder de la CDA).
También ha entrado en la contienda el joven líder de D66, Rob Jetten, de centroizquierda. Los analistas predicen que estas formaciones, de confirmarse los sondeos, están llamadas a pactar una ‘gran coalición’ a la neerlandesa que incluiría a socialdemócratas, democristianos y otros dos o tres partidos menores para alcanzar la mayoría absoluta de 75 escaños y así buscar desesperadamente la anhelada estabilidad.
El voto de castigo se dirige de manera importante contra el Partido Popular para la Libertad (VVD), la formación de Rutte, que dominó la política neerlandesa por más de 20 años. Su actual candidata, Dilan Yesilgöz, que ha virado hacia la derecha dura para intentar competir con Wilders, se enfrenta a una caída que la podría situar en la cuarta o quinta posición. No obstante, las encuestas mantienen un panorama abierto, pues más del 50% de los electores confesaron no haber decidido su voto en los últimos días.

La Amenaza a la «Tolerancia Neerlandesa»







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