9 DE DICIEMBRE DEL 2025 – INTERNACIONAL. Australia se encuentra a punto de implementar la iniciativa más ambiciosa del mundo para proteger a los jóvenes en línea: la prohibición de acceso a las Redes Sociales a Menores de 16 años. Sin embargo, la ley, que entra en vigor el 10 de diciembre, enfrenta serios problemas de viabilidad y seguridad. El caso de Isobel, una joven de 13 años que en menos de cinco minutos logró burlar el sistema de verificación de edad de Snapchat usando una simple foto de su madre, se ha convertido en el ejemplo perfecto de las deficiencias de la política. Expertos y, notablemente, los propios adolescentes, advierten que la facilidad para eludir los controles podría convertir esta medida histórica en un fracaso, desviando a los jóvenes a rincones menos regulados de la web.
ShutterstockLa legislación surge como respuesta a una ola de indignación pública, impulsada por padres y activistas que acusan a las empresas tecnológicas de priorizar sus ganancias sobre el bienestar infantil. Padres como Dany Elachi, activista contra los teléfonos inteligentes, expresan una total «falta de fe» en que las compañías de Redes Sociales a Menores hagan lo suficiente para proteger a sus hijos. El suicidio de la hija de 15 años de Emma Mason, a causa del acoso escolar facilitado por estas plataformas, simboliza la presión parental y política que llevó al primer ministro Anthony Albanese a anunciar la ley en 2024.
Aunque el zar australiano de la seguridad en línea había advertido contra la prohibición, la oleada de pasión parental acalló estas preocupaciones.
La promesa del gobierno es que la ley, que contempla multas de hasta 49.5 millones de dólares australianos (US$33 millones) por infracciones graves, obligará a las plataformas a tomar «medidas razonables» para garantizar que los titulares de las cuentas tengan al menos 16 años. Los promotores aseguran que la prohibición liberará a los niños de algoritmos adictivos, reducirá el ciberacoso y la exposición a contenido dañino como violencia y pornografía. Sin embargo, el problema de fondo es que la ley fue aprobada de manera apresurada, dejando el plan de implementación para ser desarrollado durante un año. El hecho de que se diera menos de 48 horas a la ciudadanía para presentar observaciones sobre el proyecto de ley esquemático subraya la prisa política sobre la viabilidad técnica.
Fallas de Verificación y Nuevas Redes Sociales Oscuras
A pesar de que el gobierno financió un ensayo sobre los métodos de verificación de edad, los resultados fueron desalentadores. La verificación mediante documentos de identidad resultó ser la más precisa, pero choca con la desconfianza generalizada de los australianos hacia las empresas de Redes Sociales a Menores para entregar información confidencial. Métodos como la inferencia de edad y la evaluación facial mostraron una precisión deficiente para el grupo clave (alrededor de los 16 años), permitiendo lagunas como la que aprovechó Isobel. Expertos advierten que, más que proteger, la prohibición podría empujar a los jóvenes a utilizar VPN o a migrar a zonas menos reguladas y más oscuras de la web, como salas de chat de sitios de juegos o imitadores de plataformas clausuradas por no proteger a menores.
Las empresas de tecnología, por su parte, han manifestado sus «dificultades técnicas». Snapchat reconoció que eludir la prohibición con una foto es uno de los «desafíos» actuales, mientras que Alphabet (Google y YouTube) declaró que la ley podría hacer que los niños australianos estén «menos seguros», ya que la restricción podría incentivarlos a navegar sin una cuenta, perdiendo las herramientas de moderación que las grandes plataformas ofrecen a los usuarios menores de edad registrados. Las dudas sobre la efectividad de la prohibición de redes sociales se refuerzan con la intención de un tercio de los padres de ayudar a sus hijos a eludirla, sumado al escepticismo de los propios adolescentes, quienes prometen simplemente buscar «otra aplicación que usar».
El «Deber de Cuidado Digital» como Próximo Paso
