
El comediante Javier Carranza, mejor conocido como El Costeño, enfrenta una dramática batalla legal marcada por sospechas, amenazas y un profundo temor por su seguridad. Tras presentar una denuncia por presunto robo —que asciende a 250 mil pesos— por parte de su entonces prometida, el artista ha encendido alarmas por lo que podría estar gestándose detrás de este conflicto.
La situación escaló cuando su ex pareja no se presentó en una audiencia clave, lo que rompió toda posibilidad de conciliación. A su salida de la Fiscalía de la Ciudad de México, Carranza expresó su frustración por la falta de buena voluntad y dejó claro que, si bien estaba dispuesto a considerar el perdón, exigía que la reparación del daño se realizara de forma legal y transparente.
Pero el ambiente se intensificó aún más después de que El Costeño recibiera una llamada amenazante proveniente de Morelos, alentándolo a retirar la denuncia bajo advertencias veladas. “Si algo me llega a pasar —a mí, a mi familia, a mis propiedades— no vayan a buscar a otra persona. Esto está derivado de esta carpeta”, sentenció.
Lo inquietante no termina ahí: automóviles desconocidos han sido observados estacionándose por largas horas cerca de su domicilio; una vigilancia sutil pero persistente que ha encendido sus alarmas. Desde su postura, no se trata de venganza sino de justicia y protección. “No estoy peleando por venganza, solo busco que se repare el daño”, declaró ante los medios.
Finalmente, dejando claro que no guarda rencor hacia la nueva pareja de su ex (si es que existe), se limitó a decir: “No la quiero de regreso, que se la quede”, mientras reafirmaba que su prioridad es que se resarzan los daños de manera legal y definitiva.
La situación ha generado gran inquietud no solo entre los seguidores del comediante, sino también entre colegas del medio artístico, quienes han comenzado a expresar su solidaridad en redes sociales. Algunos incluso han hecho un llamado público a las autoridades para que se tomen medidas preventivas y se garantice la seguridad del humorista. “No es posible que una denuncia legal termine poniendo en riesgo la vida de alguien”, comentó un compañero comediante que prefirió mantenerse en el anonimato.
Lo que comenzó como una relación sentimental que prometía matrimonio, terminó en una pesadilla legal cargada de desconfianza y temor. El Costeño había depositado su fe y su futuro en una relación que hoy considera una traición profunda. “Lo que más duele no es el dinero, es la confianza rota”, dijo a los medios, dejando entrever que el daño emocional ha sido igual de grande que el económico.