En el futbol, quizá la posición más ingrata es la portería. Un portero puede ir del cielo al infierno en un segundo, de nada sirve que haya logrado mantener en cero su portería 89 minutos, si al 90 cae el gol, sin embargo, el cerebro de los porteros trabaja de una manera muy distinta a la nuestra y no lo decimos lo nosotros, lo dice la ciencia.
Y es que tienen que analizar todo que pasa dentro de su área en cuestión de segundos, donde está el balón, que jugadores pueden recibir un pase, desde cuántos ángulos pueden disparar a portería, no salir de su área ¿Se imaginan todo lo que pasa por su mente en una sola jugada
Los porteros segregan mayor información sensorial
Bueno, pues un estudio hecho por Michael Quinn, exportero de la Premiership irlandesa e investigadores de la Dublin City University y el University College Dublin reveló que efectivamente, el cerebro de un portero percibe el mundo de manera diferente al resto.
“Especulamos que esta mayor tendencia a segregar información sensorial en los porteros se debe a las demandas únicas que se les imponen a los porteros para tomar decisiones rápidas basadas en la integración de información visual y auditiva que a menudo se presenta de forma asincrónica”
Investigación publicada en Current Biology
Analizaron a 60 porteros profesionales
Después de estudiar a 60 porteros profesionales, jugadores y no jugadores, todos de la misma edad, se determinó que los porteros tienen una capacidad más precisa para estimar el tiempo cuando se trata de información que involucra múltiples sentidos, pero tienden a separar las señales sensoriales en lugar de combinarlas de manera integrada
Esto quiere decir que los guardametas son naturalmente buenos para calcular el tiempo cuándo se trata de cosas que involucran ver y escuchar al mismo tiempo y tienden a dividir la información sensorial en vez de mezclarla y usarla de forma conjunta.
Los porteros se guían por el ruido
Por ejemplo, durante un partido, cuando el balón es golpeado por un jugador el portero no solo debe de estar atento viendo la jugada, también del ruido que genera el golpe, porque le indica a donde se puede dirigir el balón y dependiendo de la zona la información sensorial será distinta.
Pero eso no es todo, en una jugada en la que su visión está siendo bloqueada también se tiene que guiar del ruido, para saber o al menos tener una idea de la trayectoria que puede tomar el balón.
“Los porteros profesionales exhiben una ventana de vinculación temporal más estrecha en relación con los otros dos grupos es consistente con investigaciones anteriores que indican que los individuos que integran con frecuencia múltiples señales sensoriales, como los músicos entrenados y jugadores de videojuegos, demuestran un procesamiento temporal multisensorial más preciso”.
Investigación publicada en Current Biology
Y aunque el estudio confirma que el cerebro de los porteros trabaja de una forma distinta al resto de jugadores en el campo, aún no tiene claro si esas habilidades las tiene cada persona que decide ser portero o con el tiempo en entrenamientos y juegos las van adquiriendo.
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