
El canciller de Alemania, Friedrich Merz, ha generado una nueva controversia tras realizar comentarios críticos sobre la calidad del pan en Angola después de una visita oficial. Merz, quien ya había enfrentado duras críticas por declaraciones previas sobre la ciudad brasileña de Belém, viajó a Angola para participar en la Cumbre de la Unión Europea y la Unión Africana celebrada en la capital, Luanda. El líder alemán lamentó públicamente no haber podido encontrar un «trozo de pan decente» en el país africano, reviviendo el debate sobre la sensibilidad y el tono de sus comentarios en el extranjero.
La Búsqueda del Pan Decente en Luanda
Durante su visita a Luanda, el canciller Merz se quejó de su experiencia gastronómica en el país africano. Citado por medios locales, Merz expresó que «Siempre te das cuenta de lo bueno que es el pan alemán cuando estás en el extranjero.» Detalló que, durante el desayuno en Luanda, «busqué en el bufé del desayuno un trozo de pan decente, pero no encontré ninguno», equiparando la calidad de la panadería alemana con un estándar que, a su juicio, no se cumplió en Angola.
Este tipo de declaraciones, centradas en una queja personal y superficial sobre la comida, desvían la atención de la agenda política seria de la cumbre de alto nivel que reunió a líderes de la Unión Europea y la Unión Africana. La queja sobre la falta de pan decente ha sido interpretada por críticos como un ejemplo de etnocentrismo o de falta de tacto diplomático por parte del canciller Merz.
Polémicas Anteriores: Las Declaraciones Críticas sobre Belém
Los comentarios de Merz sobre Angola se producen poco después de haber sido severamente criticado por sus declaraciones sobre la ciudad brasileña de Belém, sede de la COP30. Tras visitar Brasil, el canciller dijo en un congreso comercial en Berlín que toda su comitiva se había alegrado de abandonar Belém. «Pregunté a algunos periodistas que me acompañaron en Brasil la semana pasada ‘quiénes de ustedes querrían quedarse aquí. Ninguno levantó la mano», afirmó Merz, añadiendo: «Todos estábamos contentos de haber regresado a Alemania, especialmente del lugar donde estábamos».
Estas afirmaciones, que implicaban un desprecio por la ciudad anfitriona de una cumbre climática internacional, generaron una fuerte reacción en Brasil. El presidente Luiz Inácio Lula da Silva fue uno de los principales críticos, señalando la falta de «experiencia política» de Merz al no apreciar la cultura local.
La Respuesta de Lula: La Experiencia Política vs. el Chucrut
Reaccionando a los comentarios críticos de Merz sobre Belém, el presidente Lula da Silva afirmó que el problema del jefe del Gobierno alemán era que estaba en el estado de Pará con la «cabeza en Berlín». Lula utilizó una analogía cultural para ilustrar la mentalidad que, según él, debía tener un político en el extranjero: «Cuando voy a Berlín, aunque me guste mucho Brasil, cuando llego a Alemania, como chucrut, codillo de cerdo, salchichas en los carritos. Porque no voy a viajar a otro país para quedarme con ganas de comer feijoada.»
El presidente brasileño subrayó que la falta de voluntad de Merz para apreciar las costumbres y la realidad de los países que visita es «un problema de experiencia política». La respuesta de Lula situó las críticas del canciller alemán, tanto sobre Belém como, implícitamente, sobre la búsqueda de pan decente, como una falta de sensibilidad y profesionalismo diplomático.
El Contexto de la Cumbre UE-UA y la Diplomacia Culinaria
Es relevante señalar que la Cumbre de la Unión Europea y la Unión Africana en Luanda, donde Merz hizo su comentario sobre el pan, tenía como principal objetivo estrechar los lazos de cooperación en temas críticos como la seguridad, el desarrollo económico y la lucha contra el cambio climático. En este contexto de alta diplomacia, una queja tan básica y culturalmente específica como la búsqueda de «pan decente» es vista no solo como una anécdota, sino como un elemento que distrae y potencialmente ofende a los anfitriones, socavando los esfuerzos por construir relaciones de igualdad y respeto mutuo. La ‘diplomacia culinaria’ es a menudo un símbolo de apertura y aprecio cultural; por lo tanto, la queja pública de Merz sobre la comida en Angola contradice el espíritu de cooperación que se busca en este tipo de reuniones internacionales.








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