10 DE SEPTIEMBRE DEL 2025- INTERNACIONAL. El reciente ataque de Israel contra los líderes de Hamás en Doha, Qatar, ha puesto fin a los esfuerzos diplomáticos para negociar un cese al fuego en Gaza. El asalto aéreo, que tuvo como objetivo a los principales negociadores de Hamás, incluyendo a Jalil al Haya, ocurrió mientras discutían las últimas propuestas de paz de Estados Unidos. Esta acción ha generado especulaciones en las redes sociales de que las propuestas estadounidenses podrían haber sido una trampa para concentrar a los líderes de Hamás en un solo lugar. La falta de seguridad alrededor de los líderes de Hamás en Qatar demostró que se sentían seguros en lo que consideraban un territorio neutral, lo que hoy ha demostrado ser falso. El ataque ha dejado la diplomacia de Medio Oriente en ruinas, tal como lo ha expresado un alto diplomático occidental.
Qatar, la Suiza de Medio Oriente, en entredicho
Durante décadas, Qatar ha buscado establecerse como un mediador neutral en Medio Oriente, una especie de «Suiza» de la región, donde incluso los enemigos podían reunirse para negociar. Este país ha sido clave para Estados Unidos, albergando una enorme base militar y siendo un importante inversor, y ha sido el centro de los esfuerzos para negociar el fin de la guerra en Gaza. Sin embargo, el ataque israelí en Doha ha destruido la confianza en este rol mediador de Qatar. Este evento no solo dinamita las conversaciones de paz, sino que también pone en duda la seguridad de futuros diálogos, haciendo que la diplomacia de Medio Oriente sea casi imposible.
La ofensiva de Israel en Gaza ha cobrado un nuevo impulso tras el ataque. El ejército israelí ha ordenado a un millón de civiles palestinos en la Ciudad de Gaza que se dirijan al sur, aumentando la presión sobre una población que ya enfrenta una catástrofe humanitaria. Con cientos de miles de hogares destruidos, y hospitales y escuelas en ruinas, la situación es crítica. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha declarado que sus enemigos nunca podrán dormir tranquilos y ha instado a los palestinos a «hacer las paces» con Israel, prometiendo un «futuro diferente».
La ofensiva israelí en Gaza continúa con fuerza. Netanyahu y su gobierno confían en que con el apoyo de Estados Unidos podrán imponer su voluntad. El ataque en Doha ha provocado una inusual reprimenda de la Casa Blanca, pero Netanyahu parece estar calculando que la respuesta de EE. UU. no irá más allá de una protesta formal. Al mismo tiempo, mientras se acerca el reconocimiento de la independencia palestina en la ONU por parte de varios países occidentales, los aliados ultranacionalistas de Netanyahu podrían responder con la anexión de territorio palestino ocupado en Cisjordania, lo que pondría en una situación aún más crítica la diplomacia de Medio Oriente.
Las palabras de Netanyahu a los palestinos de Gaza, en las que les pide que se alejen de sus líderes, suenan vacías para una población que enfrenta un desastre humanitario. Con más de 60,000 palestinos muertos, la mayoría civiles, Israel enfrenta órdenes de arresto de la Corte Penal Internacional por crímenes de guerra. El ataque en Doha es una señal de que Netanyahu está decidido a presionar con todas sus fuerzas en todos los frentes. Esta ofensiva sin precedentes deja claro que Israel no está dispuesto a negociar, lo que ha puesto un alto total a la diplomacia de Medio Oriente en el futuro previsible.
La naturaleza del ataque, que eliminó a los negociadores clave de Hamás, sugiere un claro intento de sabotear el proceso de paz. La especulación de que las propuestas estadounidenses fueran una trampa ha creado un clima de desconfianza que será muy difícil de revertir. A pesar de los esfuerzos de intermediarios y el papel de Qatar como sede de las conversaciones, el asesinato de los líderes en un país neutral demuestra que no hay un espacio seguro para el diálogo. Esto ha dejado a los mediadores sin interlocutores viables, y con una crisis humanitaria que solo se profundiza.
