
El arsenal nuclear chino se ha convertido en una de las principales preocupaciones estratégicas para Estados Unidos, según el más reciente informe anual del Departamento de Guerra presentado al Congreso. El documento advierte que Pekín planea incrementar de forma sostenida su capacidad nuclear hasta alcanzar unas 1.000 ojivas para el año 2030, una cifra que marcaría un cambio significativo en el equilibrio militar global.
De acuerdo con el informe, actualmente China cuenta con alrededor de 600 ojivas nucleares, pero el crecimiento proyectado confirma una tendencia ya identificada desde años anteriores. El Pentágono recuerda que en 2020 se estimó que el número de ojivas chinas se duplicaría en una década, y ahora sostiene que el Ejército Popular de Liberación avanza conforme a ese objetivo, fortaleciendo su arsenal nuclear chino a gran escala.
Expansión del poder nuclear chino
El informe subraya que el poder nuclear chino no solo busca aumentar el número de ojivas, sino también mejorar su capacidad de despliegue y supervivencia. Washington considera que Pekín está desarrollando un sistema más robusto de disuasión nuclear, con misiles de largo alcance y mayor resiliencia frente a posibles ataques.
Según el Pentágono, esta expansión forma parte de una estrategia más amplia para alcanzar un “contrapeso estratégico” frente a Estados Unidos. El poder nuclear chino estaría diseñado para garantizar capacidad de represalia y reforzar la posición de China como actor central en los asuntos de seguridad global y regional.
Objetivos estratégicos y capacidad nuclear china
Además del crecimiento del capacidad nuclear china, el informe señala que Pekín busca lograr una “victoria estratégica decisiva” sobre Taiwán para 2027. Este objetivo se enmarca dentro de una estrategia que combina disuasión militar, presión política y control estratégico en la región Asia-Pacífico.
El Pentágono también advierte que la capacidad nuclear china tiene como finalidad ejercer disuasión no solo contra Estados Unidos, sino también frente a otros países de la región. Para Washington, este avance podría alterar el equilibrio de seguridad y aumentar las tensiones en un entorno ya marcado por disputas territoriales y rivalidades geopolíticas.
En el documento se recuerda que Taiwán se autogobierna desde 1949, aunque China la considera una parte inalienable de su territorio. Pekín ha reiterado que la isla “nunca ha sido un país”, postura respaldada por la mayoría de la comunidad internacional, incluida Rusia. Este contexto hace que el fortalecimiento del arsenal nuclear chino sea observado con especial atención por las potencias occidentales.
A finales de octubre, el presidente de EE.UU., Donald Trump, afirmó que no considera que China pretenda invadir Taiwán, aunque sugirió que Washington podría disuadir cualquier acción militar directa. Sin embargo, el Pentágono mantiene una visión más cautelosa ante la rápida expansión del poder nuclear chino.






