
WASHINGTON (EFE).— El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se ha propuesto deportar a un millón de personas este año.
Se trata de una cifra récord que incluiría miles de expulsiones a terceros países, algo que funcionarios y expertos consideran poco realista, según detalló ayer “The Washington Post”.
Expulsiones masivas en Estados Unidos
De acuerdo con cuatro personas que trabajan o han trabajado en autoridades migratorias consultadas por el rotativo, la cifra de un millón de deportados para 2025 se está repitiendo con insistencia en diferentes corrillos privados en el ámbito federal.
La cifra supondría más del doble respecto al número récord de en torno a 400,000 deportaciones efectuadas en 2011 por el gobierno del entonces presidente Barack Obama (2009-2017).
De cara a lograr este objetivo, Estados Unidos mantiene contactos con una treintena de países para que acepten recibir “miles” de personas expulsadas que no sean ciudadanos suyos, según dos de los funcionarios citados por el periódico.
A su vez, analistas consultados por el periódico dicen que la meta parece poco realista dada la falta de financiación y personal, y el hecho de que la mayoría de los 11 millones de indocumentados en el país cuentan con el derecho a una audiencia judicial antes de ser expulsados.
No obstante el gobierno Trump ha echado mano de una ley de 1897, la de Enemigos Extranjeros, para tratar de realizar deportaciones sumarias.
En concreto, abanderó esa ley para expulsar a El Salvador, el 15 de marzo pasado, a 238 venezolanos a los que acusa, sin haber aportado pruebas, de ser parte de bandas criminales como Tren de Aragua (TdA).
Supone un perfecto ejemplo del tipo de procedimiento que Washington estaría buscando generalizar.
El endurecimiento de la política migratoria es de las medidas en las que más énfasis pone desde que llegó al poder en enero Trump, que en campaña prometió deportar a millones de personas.
Desánimo entre migrantes
En México, la orden del presidente estadounidense de expulsar a extranjeros beneficiados por el programa CBP One desanima a migrantes varados en las fronteras de ese país, donde albergues temen una mayor saturación ante la creciente incertidumbre.
La zozobra se elevó esta semana, cuando el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) canceló el permiso para cerca de 1 millón de migrantes que ingresaron a Estados Unidos con la aplicación de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) que permitía solicitar asilo desde los límites norte y sur de México.
En Ciudad Juárez, epicentro del fenómeno migratorio en la frontera con Estados Unidos, organizaciones de derechos humanos y refugios como la Casa del Migrante reportan a EFE un aumento “alarmante” en la desesperación de los migrantes y dicen que esto “está afectando” tanto a quienes ya cruzaron como a quienes esperan en México.
“Muchos de ellos se están comunicando con nosotros (desde Estados Unidos) pidiendo ayuda porque no saben qué está pasando”, explicó el padre Francisco Javier Bueno Guillén, director de la Casa del Migrante en Juárez.
“Nos están enviando capturas de pantalla de lo que les llegó a ellos como notificación”.
El religioso detalló que entre 50,000 y 70,000 personas cruzaron por la frontera de Juárez mediante esta aplicación tras estar en este refugio.
Krista Minelli Saso, de Guatemala, relató a EFE con voz quebrada que esto les “rompe un poco”.
“Muchas personas vienen ya sea por sus sueños o porque definitivamente no pueden estar en sus países. Yo no puedo regresar a Guatemala”.
Así lo contó la joven, quien llegó a la frontera con su hijo menor.
“Es como jugar con los sentimientos, con nuestra esperanza (tras sentir) que ya estamos, lo logramos”.
Pese a todo, mantiene viva la fe y se quedará en México en espera de una nueva oportunidad.
“El tiempo se va volando, entonces yo pienso que seguramente más adelante se abrirán nuevos programas, pienso yo que eso ha de ser temporal y pues eso es lo que me mantiene a mí de pie”.
Por ahora, la Casa del Migrante opera con una capacidad muy por debajo de lo habitual, con solo 40 personas en los espacios disponibles para más de 500, pero ya se prepara para un repunte ante el aumento de retornos forzados.
Sienten el impacto de políticas migratorias de Trump
El impacto de la medida se resiente hasta Tapachula, la mayor ciudad de la frontera de México con Centroamérica, donde los migrantes ya estaban desmotivados.
Lo han estado desde que Trump canceló en enero las solicitudes del CBP One, que permitía a migrantes pedir asilo en Estados Unidos desde esta zona.
“Hay una especie de ‘shock’, un golpe duro en el ánimo de la población migrante de cualquiera de las nacionalidades, porque el efecto Trump fue devastador y catastrófico porque sigue endureciendo su política migratoria”, dijo a EFE Luis Rey García Villagrán, director del Centro de Dignificación Humana.
Es triste ver cómo las políticas de deportación afectan a tantas personas que solo buscan una mejor vida. La incertidumbre y el desánimo que sienten los migrantes en la frontera son palpables. En lugar de buscar soluciones humanitarias, parece que se opta por medidas que generan más sufrimiento. La situación es complicada, pero se debería pensar más en la empatía y las oportunidades para todos.
Es preocupante ver cómo se planea deportar a tantos migrantes. Muchos de ellos huyen de situaciones difíciles en sus países y buscan una vida mejor. En lugar de ayudarles, parece que se les está cerrando la puerta. Esto solo aumenta el sufrimiento y la incertidumbre para quienes ya están pasando por momentos complicados.
Es preocupante ver cómo se planea deportar a tantos migrantes. Muchas de estas personas huyen de situaciones difíciles y buscan una mejor vida. En lugar de ayudarles, se les está cerrando la puerta de manera tan drástica. Esto solo aumenta el sufrimiento y la incertidumbre para quienes ya están en una situación vulnerable.