
2 DE DICIEMBRE DEL 2025 – INTERNACIONAL. El Gobierno de Venezuela ha confirmado que Estados Unidos solicitó formalmente la reanudación de los vuelos de repatriación de migrantes venezolanos desde suelo norteamericano, a pesar de las recientes tensiones diplomáticas y militares. La solicitud, hecha por EE. UU. al Instituto Nacional de Aeronáutica Civil (INAC), se produce días después de que el presidente estadounidense, Donald Trump, declarara unilateralmente «cerrado en su totalidad» el espacio aéreo venezolano, una aseveración que Caracas tachó de «ilícita e ilegítima». El presidente venezolano, Nicolás Maduro, autorizó el ingreso de la aeronave de Eastern Airlines LLC con la ruta Phoenix, Arizona-Maiquetía, La Guaira, para reactivar los viajes que, hasta su suspensión unilateral, habían devuelto a 13.956 venezolanos a su país en 75 vuelos.
La Paradoja de los Vuelos de Repatriación en un Espacio Aéreo en Disputa
La petición de EE. UU. para reanudar los vuelos de repatriación contrasta fuertemente con las acciones y declaraciones de la misma administración. La afirmación de Trump sobre el cierre del espacio aéreo venezolano fue calificada por Caracas como un «acto de agresión inmoral que equivale a una amenaza contra la soberanía y seguridad» del país. En respuesta a esta declaración y a un aviso de la Administración Federal de Aviación (FAA) sobre una «situación potencialmente peligrosa», algunas aerolíneas internacionales suspendieron sus vuelos a Venezuela. El gobierno venezolano no solo condenó la acción de la FAA, sino que también anunció la revocación de la concesión a seis aerolíneas internacionales, acusándolas de sumarse a «acciones de terrorismo» promovidas por Washington.
Los vuelos de repatriación se espera que aterricen periódicamente, como venía ocurriendo semanalmente, tras un acuerdo suscrito entre ambos gobiernos. Sin embargo, la suspensión unilateral previa por parte de EE. UU. y la reciente retórica hostil complican el panorama. Este proceso de repatriación ocurre en un contexto donde el número de migrantes venezolanos en el extranjero supera los siete millones, según estimaciones, muchos de los cuales buscan regresar a su país ante la incertidumbre económica y legal en el extranjero. La reanudación de estos vuelos es, por tanto, un tema de profunda necesidad humanitaria para miles de familias.

La solicitud de vuelos de repatriación se da en medio de una escalada de tensiones militares y acusaciones. Desde agosto, EE. UU. mantiene un despliegue militar significativo frente a las costas de Venezuela bajo la justificación de la lucha antidrogas, incluyendo la denominada operación ‘Lanza del Sur’. Esta operación ha incluido «operativos letales» con bombardeos contra presuntas embarcaciones de narcotraficantes, que han dejado un saldo de más de 70 personas muertas. Expertos y organismos internacionales han calificado estos ataques como «ejecuciones sumarias» que violan el derecho internacional.
La administración de Trump ha acusado sin pruebas al presidente venezolano, Nicolás Maduro, de liderar un cártel de narcotráfico e incluso ha duplicado la recompensa por su captura. Sin embargo, organismos internacionales como la ONU y la propia DEA señalan que Venezuela no es una ruta principal para el narcotráfico hacia EE. UU.; más del 80% de las drogas circulan a través de la ruta del Pacífico. El presidente Maduro denuncia que el objetivo real de EE. UU. no es la lucha antidrogas, sino un «cambio de régimen» para apoderarse de las inmensas riquezas petroleras y gasísticas de Venezuela.








