
23 OCTUBRE 2025-INTERNACIONAL-El Gobierno de Estados Unidos anunció nuevas sanciones contra las dos mayores petroleras rusas, Rosneft y Lukoil, en un intento de presionar a Moscú para que acepte un alto el fuego inmediato en la guerra con Ucrania. La medida, impulsada por el presidente Donald Trump, marca un cambio en la estrategia estadounidense tras semanas de especulaciones sobre una posible respuesta a la continuación del conflicto. Trump aseguró que “esperó mucho tiempo” para tomar esta decisión, pero que ahora “es el momento de detener las muertes y buscar la paz”.
El secretario del Tesoro, Scott Bessent, explicó que la decisión responde a la negativa del presidente ruso Vladimir Putin de cesar los ataques. Según Bessent, las sanciones buscan cortar las fuentes de financiamiento que mantienen activa la maquinaria bélica del Kremlin. El funcionario advirtió además que el Tesoro “está preparado para tomar más medidas si es necesario” e instó a los aliados de Washington a sumarse a las restricciones.
Las sanciones incluyen a casi treinta subsidiarias de ambas petroleras y se suman a las impuestas recientemente por el Reino Unido y la Unión Europea. En paralelo, los socios europeos confirmaron un nuevo paquete de sanciones adicionales que se centrará en limitar las importaciones de gas y productos energéticos rusos. Según diplomáticos europeos, la coordinación internacional pretende cerrar los canales de evasión y aumentar la presión económica sobre el gobierno ruso.

La embajadora de Ucrania en Estados Unidos, Olga Stefanishyna, calificó la decisión como “coherente con el derecho a la defensa” y destacó que “la paz solo será posible mediante la presión sobre el agresor”. Por su parte, el presidente Volodymyr Zelensky celebró la medida y pidió mantener la presión hasta lograr que Moscú se siente a negociar. En contraste, el Ministerio de Asuntos Exteriores ruso calificó las sanciones como “totalmente contraproducentes” y aseguró que Rusia “ya ha desarrollado inmunidad ante las restricciones occidentales”.
La portavoz rusa, Maria Zakharova, señaló que las nuevas medidas no afectarán de forma significativa la economía nacional y acusó a Estados Unidos y a la Unión Europea de dañar sus propias economías. Según Zakharova, las sanciones “actúan principalmente contra la UE”, ya que aumentan los precios de la energía y reducen la estabilidad del mercado global.
Los analistas internacionales coinciden en que el impacto real dependerá de cómo se apliquen las medidas y de si se extienden hacia terceros países que comercien con empresas rusas. Algunos expertos sostienen que las sanciones secundarias serían la herramienta más efectiva para aislar financieramente a Rusia, aunque podrían tener consecuencias económicas globales difíciles de controlar.

En ese contexto, los precios del petróleo registraron un aumento considerable tras el anuncio. El Brent, referencia mundial, subió 5 %, mientras que el WTI estadounidense incrementó su valor a más de 61 dólares por barril. Los operadores temen una reducción significativa en la oferta energética global si las restricciones a las petroleras rusas se mantienen o se amplían.
La decisión de Washington también reabre el debate sobre la dependencia mundial del petróleo ruso y el equilibrio energético global. Si bien las sanciones apuntan a frenar la financiación de la guerra, también podrían afectar a los países que aún dependen del crudo ruso. En este sentido, analistas del sector energético han advertido que la falta de alternativas suficientes podría provocar un aumento sostenido en los precios del combustible, lo que impactaría directamente en la inflación y en los costos de producción en varios países.