
Crisis nacional. En los primeros siete meses del año, México acumula 18,593 personas desaparecidas, y casi la mitad de esos casos se concentran en apenas cinco estados. De acuerdo con los registros oficiales, el Estado de México encabeza la lista con 3,535 desapariciones, seguido por Nuevo León (1,697), Ciudad de México (1,675), Puebla (1,155) y Sinaloa (856).
Los datos son alarmantes: en el Edomex, más de 1,300 personas siguen sin ser localizadas, 105 fueron encontradas sin vida y casi 1 de cada 3 víctimas tenía entre 15 y 19 años. Municipios como Ecatepec, Toluca, Naucalpan y Nezahualcóyotl concentran los principales focos rojos, lo que refleja la falta de control en zonas urbanas clave.
Juventud en riesgo. La crisis tiene particularidades según cada estado: en la Ciudad de México, el 74% de las personas reportadas como desaparecidas no han sido encontradas, mientras que en Sinaloa, el grupo más afectado no son los adolescentes, sino los jóvenes de entre 25 y 29 años. Por su parte, Puebla presenta un dato preocupante: su capital acumula 544 reportes, el mayor número de desapariciones en un solo municipio en todo el país.

El panorama nacional revela que 8,384 personas siguen sin ser localizadas y 599 han sido encontradas sin vida. Estas cifras evidencian una falta de estrategias efectivas de búsqueda y una coordinación insuficiente entre los gobiernos estatales y la federación.
Colectivos de búsqueda y familias de víctimas han criticado que mientras esta crisis sigue creciendo, el gobierno federal presume medidas como la CURP biométrica, que consideran irrelevantes ante la urgencia de implementar acciones reales de prevención, búsqueda y justicia. “No se trata de datos duros, sino de vidas que siguen faltando en casa”, denuncian los familiares.







