
20 de Diciembre del 2025.- El gobierno de los Estados Unidos ha definido un cronograma estimado para las operaciones militares que se están llevando a cabo actualmente en territorio sirio. Según fuentes oficiales del Departamento de Defensa, se espera que las acciones ofensivas se prolonguen por un periodo de varias semanas o incluso hasta un mes completo. Esta planificación responde a la necesidad de asegurar que los objetivos estratégicos sean neutralizados de manera efectiva, evitando que el grupo terrorista pueda reagruparse rápidamente en las zonas de conflicto tras las primeras intervenciones aéreas.
La actual ofensiva, que ha sido nombrada oficialmente como «Operación Ojo de Halcón», no es una medida aislada, sino una respuesta contundente a un incidente violento ocurrido el pasado 13 de diciembre. En aquella fecha, un tirador perteneciente al grupo extremista realizó una emboscada en la zona de Palmira, donde lamentablemente perdieron la vida dos soldados estadounidenses y un intérprete civil. Este evento marcó un punto de inflexión para la administración actual, que decidió escalar la fuerza militar para enviar un mensaje claro de que no se tolerarán agresiones contra sus tropas.
Para lograr los objetivos de estos ataques de EE.UU. sobre el Estado Islámico, el ejército está utilizando una combinación de tecnología de punta y fuerza bruta. El despliegue incluye aviones de ataque A-10 y cazas F-16, además de helicópteros Apache que brindan apoyo cercano en el terreno. También se ha reportado el uso de sistemas de artillería de alta precisión HIMARS, los cuales permiten destruir posiciones enemigas a larga distancia con un margen de error mínimo, contando además con el apoyo aéreo de fuerzas aliadas de Jordania.
La postura oficial y los objetivos de la ofensiva militar
El presidente Donald Trump utilizó sus redes sociales para confirmar que las represalias contra los responsables de las muertes de los soldados están siendo «muy severas». El mandatario aseguró que se están atacando con fuerza los bastiones principales de la organización en Siria, un lugar que describió como históricamente conflictivo pero con potencial de mejora. La intención declarada por la Casa Blanca es erradicar por completo la presencia de estos grupos para permitir una estabilización real en la región a largo plazo.
El enfoque principal de las misiones actuales es la destrucción total de la infraestructura logística del grupo terrorista. Esto incluye no solo la eliminación de combatientes activos en el frente, sino también el bombardeo de almacenes de armas, centros de comunicación y túneles utilizados para el transporte de suministros. Al cortar estas líneas de apoyo, los ataques de EE.UU. sobre el Estado Islámico buscan debilitar la capacidad operativa de la organización de manera que no puedan planear nuevos atentados contra fuerzas internacionales en los meses venideros.
Coordinación internacional y el uso de tecnología avanzada
Un aspecto relevante de esta operación es la estrecha colaboración con socios regionales, lo que demuestra que Washington no desea actuar en solitario en este complejo escenario. La participación de aviones F-16 jordanos subraya la importancia de mantener una coalición activa para vigilar las fronteras y evitar que los líderes terroristas escapen hacia países vecinos durante los bombardeos. Esta coordinación es vital para que la Operación Ojo de Halcón cumpla con el tiempo estimado de duración sin extenderse innecesariamente por falta de control territorial.






