
La Ciudad de México vivió una de sus noches musicales más vibrantes cuando 65 mil personas colmaron el Estadio GNP Seguros para ver a Dua Lipa. Desde horas antes del inicio, miles de fans se dieron cita entre largas filas, venta de mercancía improvisada y un ambiente de celebración que confirmaba la expectación por el regreso de la estrella británica.
Con una producción deslumbrante y la estética de su álbum Radical Optimism, la cantante abrió el espectáculo con “Training Season”, seguida de temas que impulsaron la energía colectiva como “End of an Era”, “Break My Heart” y “One Kiss”. El público respondió con euforia, muchos vestidos con looks coloridos inspirados en la era Future Nostalgia, reforzando la vibra retro-pop que domina la estética de Dua.
A lo largo del concierto, la artista presentó cinco cambios de vestuario que añadieron dinamismo visual a cada bloque del show: desde un leotardo plateado hasta un traje negro traslúcido, pasando por tonos rojos intensos y un cierre dorado que intensificó el dramatismo de la producción. Momentos como “Levitating”, acompañada de fuegos artificiales, y “Love Again”, con violines y efectos de fuego, transformaron el recinto en un espectáculo multisensorial.
Uno de los instantes más comentados llegó cuando Dua Lipa sorprendió al público interpretando en español el clásico “Bésame mucho”, guiada por la versión popularizada por Luis Miguel. Antes de cantar, dedicó unas palabras a la audiencia: “Wow, México… he soñado con esta noche desde que inició el tour. Siento una conexión especial con la gente de este país y siempre voy a volver”, dijo, provocando una ovación que retumbó en todo el estadio.
La intérprete reforzó esa cercanía al bajar del escenario para interactuar directamente con los asistentes. Firmó pósters, recibió cartas y regalos, leyó mensajes en pancartas y saludó a quienes habían esperado durante horas para verla de cerca. Estos gestos añadieron un toque humano a un concierto que ya brillaba por su impecable producción.
Con este espectáculo, Dua Lipa no solo reafirmó su poder escénico y la solidez de su Radical Optimism Tour, sino que selló un vínculo profundo con el público mexicano. La noche dejó claro que su relación con México es especial y que su regreso no será cuestión de “si”, sino de “cuándo”.




