CIUDAD DE MÉXICO.- Las deudas y gastos están causando un aumento en los casos de ansiedad y otros trastornos similares en el país, lo que se ha denominado como ‘estrés financiero’.
Se trata de una respuesta a las demandas económicas, que se presenta cuando la persona se siente amenazada o en dificultad de atender situaciones que impliquen más gastos.
Así lo explicó Erika Villavicencio, investigadora de la Facultad de Psicología de la UNAM.
Dos de cada tres mexicanos sufren “estrés financiero”
De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Salud Financiera (Ensafi) de 2023 reveló que dos de cada tres mexicanos padecieron estrés financiero en un nivel alto o moderado.
34.9% de los encuestados mayores de 18 años experimentó malestares físicos debido al llamado “estrés financiero”.
Esto se reflejó en dolores de cabeza, gastritis, colitis y cambios en la presión arterial.
Mientras que 30.7% presentó impactos psicológicos como problemas de sueño o trastornos en la alimentación e incluso ansiedad.
“Además, tres de cada 10 personas dijeron sentir incertidumbre sobre su futuro, algo que se ha agravado porque no todos los trabajadores recuperaron el ingreso salarial percibido antes de la pandemia”.
La encuesta de Ensafi señala un aumento significativo en trastornos de ansiedad, ataques de pánico y preocupación constante.
Todos son factores que van mermando la calidad de vida de los individuos debidos a una inquietud constante derivada de su incapacidad para afrontar sus gastos.
“Pareciera que la persona se ve atrapada en un laberinto de bajos salarios e inestabilidad laboral y ello le genera bajos niveles de autoestima, desconfianza e incomodidad por no poder cumplir con sus expectativas de estatus social”.
“Todo eso se vuelve una bola de nieve que impacta en sus planes de futuro, le genera estrés y dan pie a una serie de síntomas que merman su salud tanto física como mental”, expresó la especialista.
¿Qué causa el estrés financiero?
La Ensafi indica que las tres principales preocupaciones financieras en México son:
- Los gastos inesperados (36.4 por ciento en mujeres y 31 en hombres)
- De alimentación (21.9 en mujeres y 20 en hombres)
- Los escolares (20.6 por ciento en mujeres y 14.8 en hombres).
“Otras de las preocupaciones tienen que ver con el endeudarse para cubrir consumos, el mal manejo de las finanzas personales, deudas impagables, pérdida del empleo y el no poder costearse lo elemental”.
César Salazar López, del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, menciona que los pagos pequeños durante largo tiempo pueden volverse impagables.
Además los préstamos alcanzar hasta cuatro veces la suma inicial solicitada por el pago de intereses, pero para muchos esto a veces es la única opción, y también una fuente de preocupaciones.
Salazar López explicó que “aunque la tercera parte de los trabajadores mexicanos se ganan la vida de manera formal (con un salario fijo quincenal o mensual)”.
“Dos terceras partes se dedican a la informalidad, carecen de protecciones de ley y su nivel de ingresos es variable. Eso también genera estrés financiero”, agregó.
El 50.8% de los encuestados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, en colaboración con la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros, reportó tener un nivel medio bajo o bajo de bienestar financiero, y sólo el 17.8%o se ubicó en un nivel alto.
“Las autoridades deberían comprometerse a garantizar que el salario cubra los gastos indispensables, la canasta básica, el alquiler y el transporte, los cuales han incrementado de manera alarmante”, dijo Erika Villavicencio.
Evitar el estrés por deudas y gastos
Según el experto de la UNAM, es necesario equilibrar los ingresos con los gastos.
- Si se adquiere un producto a plazos lo mejor es liquidarlo lo más rápido posible para no generar intereses.
- En caso de “boquetes” en las finanzas, realizar un plan de pagos para evitar hacerlo más grande y no provocar un efecto de bola de nieve.
- Cuando no sea posible ahorrar lo mejor es comprar los artículos del hogar cuando haya ofertas, comparar precios, hacer una lista de lo necesario y evitar ser presa del consumismo.
El especialista reconoció que intentar guardar un porcentaje de los ingresos para ahorrar es complicado, en especial cuando una jefa o jefe de familia dispone de un ingreso fijo y bajo, tiene hijos y debe pagar renta, colegio y alimentos.
Datos de la encuesta antes citada indican que las personas de entre 18 y 30 años ahorran más que las mayores de 60 años.
“Es necesario equilibrar porque ahora todo el año se siente como cuesta de enero y esto se debe a que el aumento de los precios ha sido mucho más acentuado de lo que solía ser, sobre todo en alimentos”, comentó.